De cara al primer encuentro en 11 años con un presidente de Corea del Sur y el encuentro aún sin fecha con Donald Trump, el líder norcoreano, Kim Jong-un, anunció ayer la suspensión de los ensayos nucleares y de misiles de su país y el cierre del centro de ensayos nucleares con el argumento de que no las necesita porque ya completó el proceso de obtener ese tipo de armas, informó la agencia de noticias norcoreana KCNA.

Los especialistas consideran la energía generada en el último ensayo nuclear norcoreano, en septiembre 2017, en 250 kilotones, es decir 16 veces la bomba que arrasó Hiroshima en 1945. Aunque subsisten dudas sobre la capacidades del régimen norcoreano en lo referente a la identificación de blancos, la miniaturización de cabezas nucleares o sobre el reingreso en la atmósfera de sus misiles.

La cancillería británica catalogó como «un paso positivo» el anunció de Corea del Norte de suspender sus pruebas nucleares y de misiles. «Esperamos que esto indique un esfuerzo en negociar de buena fe», señalaron hoy en un comunicado, y agregaron que el Reino Unido sigue «comprometido a trabajar con sus socios internacionales» para lograr el objetivo «de una desnuclearización completa, verificable e irreversible» de la península de Corea y hacerlo «a través de medios pacíficos».

El gobierno de Corea del Sur calificó el anuncio de su vecino como un«progreso significativo». En un comunicado remitido por la oficina presidencial surcoreana, Seúl consideró que «la decisión de Corea del Norte es significativa para la desnuclearización de la península coreana» y agregó que «ayudará a crear un ambiente muy positivo para el éxito de la próximas cumbre intercoreana y entre el Norte y Estados Unidos».