El encuentro entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pende de un hilo. El régimen norcoreano amenazó con cancelar la cumbre -prevista para el próximo 12 de junio- debido a los ejercicios militares de Washington con Corea del Sur.
«Estados Unidos también tendrá que abordar deliberaciones cuidadosas sobre el futuro de la planeada cumbre Corea del Norte-Estados Unidos a la luz de este provocador incidente militar ejecutado junto a las autoridades surcoreanas», alertaron desde el régimen de Jong-un.
A raíz de los ejercicios militares, la agencia Yonhap confirmó que unas conversaciones de alto nivel previstas entre enviados del líder norcoreano y Seúl fueron suspendidas.
La histórica reunión entre Trump y Jong-un se planeó después de más de un año de tensión política y sanciones por las provocativas pruebas de misiles de Corea del Norte. La cumbre busca solucionar -por vía pacífica- el conflicto por el programa nuclear que encabeza Yong-un.
La semana pasada, el líder norcoreano se había mostrado contento con la idea de reunirse con Trump y celebró la posibilidad de una cumbre, que hasta hace algunos meses parecía una utopía. «Será un excelente primer paso para las relaciones bilaterales y ayudará a construir un buen futuro», había remarcado.