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La práctica se realiza desde la 10 en la morgue judicial de Lomas de Zamora, ubicada en los tribunales de Banfield, en el cruce de Larroque y Camino Negro. Durante la misma, los médicos forenses intentarán determinar las causas y la mecánica de la muerte de la víctima que servía a la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Lomas de Zamora.
El cadáver, que además presentaba algunos golpes, estaba sin ropa y envuelto en sábanas al costado de la cama, donde había una gran mancha de sangre a la altura del cabezal y un velador roto.
Los investigadores policiales y judiciales consideran al momento que el asesino era un conocido al que Luquin le permitió el ingreso, ya que los accesos no estaban violentados y un juego de llaves había quedado colocado en la reja del frente.
Junto al cadáver fue hallado un cuchillo de cocina que se presume pudo ser el arma homicida y los expertos en rastros lograron levantar al menos seis huellas dactilares de distintos lugares y objetos.Además, en la mesa de la cocina quedaron una gaseosa y dos vasos servidos. Junto al cadáver fue hallado un cuchillo de cocina que se presume pudo ser el arma homicida y los expertos en rastros lograron levantar al menos seis huellas dactilares de distintos lugares y objetos.
Por lo que pudieron reconstruir, el sábado el diácono estuvo en la misa de las 18 y de la iglesia se retiró a las 19. Como ayer a las 11 no había llegado a la parroquia, ni contestaba llamados, su sobrino fue hasta su casa y lo halló asesinado a las 12.30 en su domicilio, donde el diácono vivía solo.