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El 2017 no fue bueno para Robbie Williams. En septiembre, el cantante de 44 años, suspendió una gira por Rusia por problemas de salud. “Estoy muy bien. En las últimas cinco semanas me estuve recuperando de una enfermedad”, contó el músico en un video.

También, en una entrevista, el ex integrante de Take That contó más detalles. «Me hicieron análisis de sangre y varias pruebas y se encontraron algunas anomalías, incluso algo en mi cerebro que parecía ser sangre. Me mandaron del área de urgencias a la unidad de cuidados intensivos, donde no podía ver a nadie, estaba muy asustado».

En las últimas horas volvió a hablar sobre el tema. Reconoció que tuvo altibajos y que lleva años en una suerte de montaña rusa. «Tengo una enfermedad que quiere matarme y está en mi cabeza, así que tengo que protegerme de eso. A veces esto me abruma y otra es como una herramienta que necesito para subir al escenario. A veces siento que vivo en felicidad y eso es genial» le contó a The Sun.

El artista destacó que estuvo muy cerca de la muerte y que teme por su vida. La muerte de su colega y amigo George Michael lo llevó a replatearse todo. «Fue una montaña rusa muy similar, sí. Extraño a George Michael, me gustaría que estuviera aquí. Me di cuenta de que no soy inmortal».

Fuente: TN