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El clásico de barrio se trasladó a Mar del Plata. Las calles empedradas fueron cambiadas por la arena; y en la ciudad balnearia San Lorenzo se midió ante Huracán en el histórico duelo porteño. La presión de Daniel Montenegro sobre Sebastián Torrico y las sociedades conformadas entre Martín Cauteruccio y Sebastán Blanco llevaron a que el espectáculo comience con un ritmo muy intenso.
Además, la movilidad de Leandro Romagnoli en el ataque azulgrana y los remates de media distancia de Patricio Toranzo también le daba ritmo al entretenido choque que mantuvo el marcador en suspenso sobre un tiempo prolongado.
A medida que transcurrió el tiempo, el Ciclón se fue adueñando del pleito. Un disparo del uruguayo al palo y la visión del Pitu Barrientos para comandar las incursiones ofensivas de Boedo pusieron en jaque a la última línea quemera. La tarea de Marcos Díaz fue fundamental para mantener la paridad.