No Banner to display

El 72º Festival Internacional de Cine de Venecia recibió con una ovación de cuatro minutos de aplausos a El clan, la película argentina con la que Pablo Trapero compite por el León de Oro.

«Felices por el público. Que disfruten de la película, que se emocionen como todos nosotros lo hicimos al hacerla», dijo Trapero. También viajaron al Festival los protagonistas del film: Guillermo Francella y Peter Lanzani (con su popular novia Martina Stoessel). Emocionados, fueron entrevistados por la prensa y sonrieron para los fotógrafos. «La verdad es que estoy relajado, pasará lo que tenga que pasar. Estar acá ya es como ganar», comentó el joven actor en la alfombra roja. Mientras que Francella comentó que «hace varios años una película argentina no está en el festival. Estar aquí con El Clan junto a Pablo Trapero y Peter Lanzani es un motivo de mucho orgullo”.

Protagonizada por Guillermo Francella y Peter Lanzani, El clan cuenta en 108 minutos la historia de la familia Puccio, que entre 1983 y 1985, los años finales de la dictadura argentina y el comienzo de la democracia, se dedicaron al secuestro y asesinato, incluso de amigos.

Con importantes cambios físicos (el mayor de ellos el color de pelo, que pasó a blanco), Francella interpreta a Arquímedes, el líder de la familia, mientras que Lanzani se pone en la piel de Alejandro, el hijo mayor del matrimonio Puccio, jugador de rugby, que ayudaba a su padre a buscar a las víctimas.

Cuando Trapero empezó a investigar para llevar a cabo un proyecto que comenzó en 2007, se fue sorprendiendo con el descubrimiento de que realmente los Puccio eran una familia ejemplar, o al menos lo parecían.

«No eran en apariencia ni freaks ni psicokillers, no respondían a ese estereotipo de familia disfuncional desde fuera, al estilo de la serie True Detective. El hijo jugaba al rugby, la hija daba clases en una escuela, la madre era profesora. Todo eso fue muy sorprendente en mi investigación», explicó al presentar su película.

Se sorprendió porque si bien fue un caso muy conocido en su momento, estaba muy poco documentado públicamente y se conocían pocos detalles de las actividades de la familia, entre otras razones porque llevó años unir los diferentes casos de los que eran responsable.

«Tocó hacer una investigación un poco a la antigua, ir a tocar el timbre, hablar con gente, ir al club, hablar con los jueces que llevaron las causas, con familiares de las víctimas, con compañeros de Alejandro del club, con peritos, leímos las causas del juicio», recordó Trapero.

Y uno de los peritos les contó que «este caso se estudia fuera de Argentina por lo extraño del caso», por ser una familia que delinque, que secuestra, que mantenía a los secuestrados -algunos incluso amigos- en su propia casa, que mataba, «una extraña combinación de elementos».

También trataron de hablar con algunos de los miembros de la familia, pero los que aún vivían cuando preparaban la película rechazaron esa posibilidad.

Ni el padre, que en 2012, ya fuera de la cárcel, dijo que quería hablar con Trapero para contar su verdad -sostuvo hasta su muerte en 2013 que era inocente-, pero luego no quiso.

La competencia en Venecia tras el éxito en la Argentina:

En la competencia por el León de Oro deberá enfrentar a otras 20 cintas, entras las que se encuentran la coproducción italiana y francesa A Bigger Splash, que fue abucheada, y a la francesa L’hermine, y la otra latinoamericana Desde allá, del venezolano Lorenzo Vigas. Pero Trapero corre con algo de ventaja ya que la prensa en Venecia lo comparó con Martin Scorsese.

El día del estreno en Argentina tuvo un arranque de 71 mil espectadores. En los primeros días fue visto por 504.419 personas (desde el 13 hasta el 16 de agosto) y hasta la fecha la vieron más de 2 millones de personas, en sólo cuatro semanas. Para tener una idea, Abzurdah, la película argentina más taquillera en lo que va del 2015 fue vista en el cine por 700 mil personas.

Esta semana Telefe estrenará Historia de un clan, una serie que también relata la historia de los Puccio y que espera atrapar al público tanto como lo hizo la película.