Duki le dio un ‘upgrade’ al trap argentino: 90 mil personas llenaron sus dos shows en Vélez

Es la primera vez que un referente argentino de este nuevo género musical se presenta en un estadio en el país. Duki, “el Jefe” del trap local, hizo vibrar en dos sucesivas noches a noventa mil personas. En ese escenario, volvió a manifestarse no solo el respeto que sus pares le tienen, sino también la camaradería que se profesan cuando comparten escenario. Con él estuvieron en Vélez Bizarrap, Reels B, Nicki Nicole, Khea y Emilia Mernes, entre otros. En noviembre próximo, con localidades agotadas hace varios meses, Duki repetirá esa celebración con otras dos funciones.



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La historia del ascenso meteórico de Duki es conocida, de tan paradigmática. De las competencias de free style, concretamente en el Quinto Escalón en el porteño Parque Rivadavia, hasta una saga de cuatro estadios Vélez Sarsfield vendidos en tiempo récord –dos de los cuales se realizaron el jueves y viernes–, hay algunas escalas, durante las que fue consolidándose hasta convertirse en “el Jefe” del trap argentino. En los dos recitales que brindó ante noventa mil personas predominó una energía festiva contagiosa a lo largo de dos horas y media en las que recorrió un repertorio de unas cuarenta canciones.

El impacto del trap como uno de los géneros predominantes, y cómo este permeó en las audiencias de Argentina, es bastante particular, y Duki es precisamente uno de los precursores. Un 11 de noviembre de 2016, Mauro Ezequiel Lombardo (nombre de Duki) sacó su primera canción, titulada No vendo Trap. El derrotero de la canción fue particular: cuando contaba con algunos millones de visitas, fue dada de baja porque el productor de la pista reclamó los derechos. En 2017, solucionado el litigio, el tema se relanzó y debutó como número uno de la lista de “los 50 más virales de Argentina”, siendo el primer tema perteneciente al género urbano en conseguir ese puesto.

Los récords de Duki recién estaban empezando, al igual que su tendencia a hacer las cosas primero. Es que el músico es ahora el primer trapero argentino en presentarse en un estadio de fútbol. Algo que cualquiera podría haber inferido que sucedería tarde o temprano por el lugar que vienen ocupando la música urbana y sus subgéneros. Recordemos, por mencionar un hito más, que en 2021 Duki posicionó diez canciones en el top 50 de Argentina. Y, por otra parte, su gira, sobre todo por España, venía confirmando que su espectáculo ya estaba afianzado. De mayo a la fecha solo en ese país hizo diecinueve recitales, además de los realizados en ese mismo período en Chile, Perú, Ecuador, Colombia y México.

Prestidigitador. Federico Lauría es titular de la productora Lauría Entertainment y manager de Duki, Nicki Nicole, Lali Espósito, entre otros, es también el responsable de estos shows en Vélez, y en 2021 fue reconocido por la revista Billboard como uno de los cuarenta pilares de la industria musical menores de 40 años. “Siendo la voz de una generación”, dijo Lauría a PERFIL, “Duki marcó con estos recitales una nueva bisagra para la música argentina. Pensá que, en los cuatro recitales (quedan dos fechas en noviembre) lo van a disfrutar ciento ochenta mil personas”.

Sin dudas, Duki sabe bien cómo manejar la expectativa y cómo responder cuando las cosas se encarrilan. Muestra de ello fue, en primer lugar, el comienzo de estos dos primeros conciertos. ¿Cuántos artistas salen al show más importante de su carrera con una canción que se lanzó hace tres meses? Quizás la decisión de arrancar con Givenchy es sintomática: una inmediatez frenética gobierna al género. Y si de su jefe se trata, una canción es importante si es buena, pero también si es una novedad. Duki ya lanzó más de doscientos sencillos, además de sus dos discos de estudio y sus tres EPs. Con más de veinte millones de oyentes mensuales, en 2021 fue el artista argentino más escuchado. Y allí el segundo aspecto que habría que resaltar: Duki es, indiscutiblemente, el monarca del trap. La campaña que hizo para el lanzamiento de Givenchy rezaba: “Vuelve el trap 20/7, en alusión a la fecha en que se lanzaría y a su retorno a las raíces del género, luego de dedicarle dos álbumes al reggaetón. El músico tomó la decisión de escuchar los pedidos reiterados de sus seguidores y respondió con un improbable acierto: encontrar novedad en el propio pasado. Ante las polémicas que suscitó por la actividad constante de varios de sus colegas que habría sido invisibilizada por su campaña, Duki respondió: “Solo para aclarar: lo de ‘La vuelta del trap’ es una expresión errónea, el trap no se fue y nunca se va a ir. Mucho amor al Lucho, al Ysy, al Obie, al Khea y al Tiago (…) CRO, Tobi, Midel y todos los otros que hay para nombrar y agradecer. Perdón al que se sintió ofendido por el uso de esta expresión. Hoy vuelve el Duki al trap, el trap nunca se fue”.

Canta conmigo. En el tema LeBron, Duki cantaba: “Que me tilden de agrandado y engreído/Pero lo’ mejore’ de acá son todo’ mis amigos”. La cooperación, el gesto de darles desinteresadamente el aval a nuevos artistas y la reivindicación de la propia generación como un acto de validación son cosas que se vienen anunciando en la lírica del trap hace tiempo y que en estos dos recitales cobraron otra dimensión. En ese contexto, Duki se reafirmó como un líder al que se lo respeta. Ese respeto es un concepto que circula mucho en los ámbitos raperos. La idea se instaló en la música de algunos de los principales referentes internacionales y llegó al trap argentino para ser decantada de un modo especial.

La proliferación de las batallas de trap en la Argentina y en el continente latinoamericano hizo del respeto un sello. En una disciplina en la que el arte es increpar, el respeto es una especie de petición de principio que se reconoce como un legado tácito. Duki, en ese sentido, siempre fue muy respetado en tanto como competidor, pero como músico aún más. Es por eso, también, que su convocatoria fue escuchada cuando realizó las invitaciones. Así, desfilaron por el escenario del José Amalfitani artistas como Bizarrap, quien luego remixó en vivo Malbec; o Nicki Nicole, quien se emocionó hasta las lágrimas luego de interpretar Ya me fui. También pasaron por el escenario C.R.O, Rusherking, Lit Killah, Khea, FMK, Lucho SSJ, el productor Obie Oneshot, Emilia Mernes y hasta el español Rels B, que viajó especialmente para colaborar en Yin Yan.

Emoción a tope. En un momento del primer show, Duki contó que no todo empezó en las plazas, sino en el recital de Charly García en Vélez, en 2009, al que asistió con su padre y su hermano. La épica de ese arco narrativo es tan emotiva como satisfactoria. De las críticas de Charly al uso del autotune a esta consolidación definitiva de Duki en tanto referente, hay una serie de crecimientos y transformaciones que se notan. La segunda noche tuvo otros condimentos. La entrada en carrito de golf, la emoción de Emilia Mernes al cantar con su pareja Como si no importara, o el exaltado pogo en Pintao. Para Lauría estos shows son históricos. “Es la convocatoria a la que llegaron artistas como Soda Stereo, el Indio o Los Redondos, para tomar dimensión de lo que estamos hablando”.

Fuente: Perfil

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