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El proyecto de ley en cuestión, presentado en 2021, necesita primer modificar el Código Nacional Electoral. Este paso es fundamental porque allí ingresaría, en la normativa, el uso de la boleta única de papel en las elecciones de las categorías nacionales, es decir, presidente y vicepresidente, senadores y diputados nacionales, y parlamentarios del Mercosur, con todas las especificaciones.
La modalidad de la boleta única electoral ya rige con distintos matices en las provincias de Córdoba, Salta y Santa Fe. También se utilizó en los comicios municipales de San Luis y en las cárceles, además de ser instrumentada para el voto de los ciudadanos argentinos en el exterior.
En ese sentido, destacó que sólo en la provincia de Buenos Aires en la última elección «se destinaron más de 1.300 millones de pesos solo a la impresión de boletas». La idea es dar impulso y lograr un nuevo tipo de boleta de cara a las elecciones 2023.
Además, hizo hincapié en los beneficios de modificar el régimen electoral y aseguró que la Boleta Única «es un sistema que evita la lista sábana, el negocio de los fiscales, el robo de boletas y le da seguridad a los votantes de que su voluntad popular va a ser plenamente respetada en las urnas».
Si bien la cara visible del proyecto es el diputado Randazzo junto a un grupo de legisladores de la oposición, la iniciativa contó con el apoyo desde las instituciones y ONG´s, como la Fundación Red de Acción Política (RAP), que contribuyó en dar a conocer y generar espacios de debate respecto a la modalidad de boleta única.
Fuente: Ambito