No Banner to display

Decía Grondona en una de sus últimas entrevistas distendidas, y pedía irse de AFA antes de la muerte.

Una perla de diario Popular, en un mano a mano con Grondona en el verano. Un don Julio relajado, en la playa. Un presidente de AFA que se animaba a hablar de la muerte y confesaba su dolor circunstancial por la muerte de su mujer. Es más, afirmaba que «dicen que cuando se va uno, se va el otro. A mí, hoy, no me molestaría en lo más mínimo, irme».

Hacía un balance del año, del duro año personal, contando que «pasó de todo. Primero me operaron a mí, después mi esposa que viene de Budapest en silla de ruedas. Enseguida lo internaron a mi hermano y pasa lo que pasó; lo cremaron y no sé ni dónde lo tiraron. Y al final la recaída de Nélida con un viaje en el que tomó mucho frío. Se juntó todo y yo no cuenta me di. Hay momentos en los que no puedo sacarme de encima el dolor y olvidarme de los 64 años que pasé junto a mi esposa. Soy un tipo que exageré en mi actividad gracias a que ella me aguantó».

Y pedía algo que no pudo cumplir, por esta muerte a los 82 años: «Si hay algo que siempre respeté es la biología. Es una ciencia exacta. Calculá: tengo 81, más tres 84, debería ser anormal para pretender seguir con esa edad una tarea como ésta. Tengo ganas de irme sin haberme muerto».

Fuente: Ole.com.ar