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Para ello tuvo que estirarse ocho partes de la cara, incluido sus labios y nariz para que se asemejen a la forma del hocico en forma de pico del mamífero

Jenya Bolotov, un joven ruso de 26 años, lleva desde los 19 transformando su rostro para parecerse a un ornitorrinco, un animal que siempre le llamó la atención desde chico. «Por afuera soy un ornitorrinco. Por adentro, me siento más como un pájaro. Ambos son mis espíritus animales y vienen a mi en sueños”, comentó.

Sus modificaciones corporales incluyen dos agujeros en cada lado de su nariz, un par de tapones de gran tamaño en los labios que simulan ser un pico, un agujero en su tabique y expansores en las orejas. En total se estiró ocho partes de su cara.

«Me encanta el ornitorrinco, la forma en la que ven e incluso la propia palabra ornitorrinco. Me gusta la forma en que mi cara y los labios se estiran, de pronto me veo como un ornitorrinco», dijo el joven, apodado como el «Humano ornitorrinco».

Cuando Jenya camina por la calle se encuentra con personas que lo increpan por su físico, muchos que lo ignoran y otros que lo halagan.

De pequeño Jenya era tímido, no se relacionaba con otros niños y sentía como si no perteneciera al mundo humano. Cuando tenía 10 años comenzó su obsesión por transformar su cara y hasta el día de hoy que no ha parado.

Fuente: Diario Registrado