Sobre la jura de Enríquez, que se realizó durante las sesiones extraordinarias de diciembre, Picetti escribió: «No tiene validez, tiene un defecto de título ya que se entregó sin esperar a finalizar el debido proceso y mi defensa en juicio de la arbitraria resolución de primera instancia que ordenó la jueza María Romilda Servini, así como también la confirmación de ésta por parte de la Cámara Nacional Electoral».

«No hay sentencia firme que me prohíba ser diputada», sostuvo, y advirtió: «No estoy procesada de ningún delito, no estoy imputada en ningún delito, no estoy siendo investigada por ningún delito, estoy sobreseída de una demanda penal basada en una denuncia falsa del año 2013 a la cual me expuse a todo tipo de análisis e investigación por parte de la Justicia».

Debido a esto, pidió que «la inhabilidad moral» por la que se la cuestiona sea «tratada en la Cámara de Diputados». Para hacerlo, exigió que «se constituya la comisión de peticiones, poderes y reglamentos antes del 1 de marzo y se ordene una sesión extraordinaria y urgente a los efectos de tratar la impugnación de Enríquez».

Cuando rechazó la decisión de la Justicia de no dejarla asumir, Picetti se presentó de todos modos en la Cámara de Diputados el 6 de diciembre, día en el que juraron los legisladores que fueron votados en octubre. Fue con un escribano, pero Monzó impidió que ingresara al recinto.

Fuente: Infobae