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La policía de la provincia de Buenos Aires, bajo las ordenes de la Justicia, extrema todas las precauciones para el desalojo del predio de 100 hectáreas usurpado en Guernica por más de 2.000 familias, previsto para los días 23, 24 y 25 de septiembre, y busca evitar que sea forzoso y cualquier tipo de enfrentamiento con los ocupantes.
El gobernador Axel Kicillof, y su ministro de Seguridad, Sergio Berni, monitorean día a día las circunstancias que rodean a la mayor toma de tierras en territorio bonaerense. La orden, tanto política como la del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, es no dejar nada librado al azar. Escenas de corridas, de uniformados reprimiendo, podrían generar un altísimo costo político a la administración del ex ministro de Economía que ya se vio sacudida por policías rebeldes protestando en las calles, y hasta frente a la Quinta Presidencial de Olivos, para reclamar una mejora salarial y mejores condiciones de trabajo.
Un segundo tema tampoco pasa desapercibido. En los últimos desalojos, por ejemplo el que tuvo lugar en González Catán, en La Matanza, la policía secuestró armas caseras. Eran facas, lanzas, cuchillos hachas, machetes, entre otros elementos que los usurpadores utilizaron contra las fuerzas de seguridad.
Fuente: Infobae.com