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El dispositivo que le brida al usuario una visión completa de su ejercicio diario, se desarrolló gracias a una gran base de datos que surgió por un experimento de la compañía.

Apple mantenía en secreto un gimnasio en el que especialistas analizaron el rendimiento físico de sus propios empleados para mejorar así el Apple Watch. Hace días, el programa estadounidense Good Morning America de la cadena ABC tuvo la oportunidad de ingresar al espacio en cuestión.

La idea de la compañía era aprovechar la información obtenida tras los análisis de los entrenamientos de sus empleados, que hicieron actividad física durante dos años bajo distintas condiciones climáticas y en diferentes aparatos.

Además de cintas para correr, la firma ofreció clases de yoga, bicicletas fijas o máquinas para practicar remo que, junto a instalaciones con cámaras climáticas, permitieron replicar distintos escenarios meteorológicos, para ver la respuesta de la persona ante la variedad de las condiciones.

Los empleados, que se ofrecieron voluntariamente para participar del estudio, no sabían la razón de las mediciones.

“Sabían que estaban probando algo, pero no sabían que era el Apple Watch. Los conectábamos con todas las máscaras, pero les poníamos un Apple Watch cubierto”, indicó Jeff Williams, vicepresidente de operaciones de la empresa de Cupertino.

Y agregó: “Creo que hemos obtenido una de las más grandes bases de datos del mundo relacionada con la actividad física”.

Fuente: Nexofin