El Desafío Eco y la ilusión de competir con autos eléctricos

Profesores y alumnos de las Escuelas Técnicas Raggio mostraron el armado del "Apichonator"



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Profesores y alumnos de las Escuelas Técnicas Raggio mostraron el armado del «Apichonator»




Los motores rugen y la ilusión se agiganta. La expresión podría corresponder a una típica tarde en el autómodro de Buenos Aires, o de cualquier ciudad del país. Pero en este caso, el clásico olor a nafta o el visible humo que se desprende de los caños de escape no podrán percibirse.

Profesores y alumnos de las Escuelas Técnicas Raggio mostraron el armado del «Apichonator», el auto eléctrico que competirá el domingo próximo en Palermo junto a 80 instituciones educativas de la Ciudad y del país.

Al entrar al taller de las Escuelas Técnicas Raggio el olor a grasa de auto está en cada rincón; suenan martillazos sobre una chapa y el motor de una sierra tapa las risas pícaras de la veintena de estudiantes que trabajan y, a la vez, aprenden.

Junto a un tractor desarmado y una decena de potros de trabajo, un carruajede dos metros se destaca por sus color amarillo fluorescente y sus delgadas llantas brillantes:es el «Apichonator», el auto eléctrico estrella del galpón que, de la mano del equipo de alumnos y profesores de la institución se presentará el próximo domingo en la carrera de autos sustentables organizada por Desafío Eco y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el circuito del Automóvil Club Argentino en Palermo.

Faltan tres días para la competencia y en el taller hay un clima especial entre los jóvenes y los profesores; de rostros cansados pero ansiosos y confiados, en sus manos y delantales engrasados se revelan el esfuerzo de medio año de trabajo sostenido para el desarrollo del automóvil ecológico, que se enfrentará a los fabricados por otros 23 establecimientos educativos de la Ciudad y 57 más del resto del país.

«El proyecto es muy interesante para las escuelas técnicas. Permite que los alumnos de sexto año apliquen todos los conocimientos aprendidos en la construcción del auto», contó Christian Di Tullio, docente de la casa hace 15 años. «Con estas acciones se desarrollan muchas actividades durante todo el año. Los chicos se comprometen día a día, logran un buen trabajo en equipo y mucho compañerismo».

El martes último, durante la presentación de Desafío Eco, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri destacó que la realización de esta carrera. «Es un gran estímulo para que los jóvenes se capaciten y desarrollen su creatividad. Este es el camino que tiene que tomar la educación pública en nuestro país: incentivos, metas y trabajo en equipo. Por esa vía nuestros jóvenes van a poder construir esa Argentina que todos queremos».

Es que el objetivo de Desafío Eco es promover la investigación y la utilización de energías renovables y demostrar el potencial de las escuelas técnicas para el desarrollo de proyectos que tengan en cuenta el cuidado del medio ambiente.

La organización de la carrera está a cargo de Desafío Eco, junto al Ministerio de Educación, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público y la Subsecretaría de Deportes de la Ciudad, con el soporte técnico del Automóvil Club Argentino (ACA). Además, el evento se lleva adelante en el marco del Programa Escuelas Verdes del Ministerio de Educación porteño, con el objetivo de promover el estudio y utilización de energías renovables en sistemas de transporte y la innovación tecnológica en el sistema educativo.

LA CLAVE, EL TRABAJO EN EQUIPO

Cuentan los profesores que el trabajo en el desarrollo de los autos eléctricos es tan motivador que en muchos casos hasta se olvidan de los recreos. «Hoy por ejemplo, a esta hora, los chicos no tenían por qué venir. Pero acá están, trabajando. Son un equipo de competición muy comprometido», explicó Christian.

«Esta competencia es muy linda. Siempre quise llegar a este año para compartir con mis compañeros este momento tan especial», contó Maximiliano SignoriArvallo, alumno de sexto año de la institución. «El trabajo en equipo es fundamental. Si no estamos todos unidos, alguno puede meter la pata. Puede haber discusiones, pero lo importante es tratar de divertirnos y lograr el mejor puesto posible».

Es que si bien hay mucho trabajo y dedicación, también hay espacio para las anécdotas. «En cada edición los autos tuvieron sus apodos. El primero que compitió en 2012 se llamó «El surubí», porque era gris, alargado y tenía la forma del pez; el segundo, del año pasado, fue «El tiburón»; ahora tenemos al «Apichonator», una especie de ave que viene de otro planeta», contó entre risas Nahuel Conqueira, ex alumno del Raggio, quien ejerce la docencia en la institución desde hace seis años.

En esta tercera edición de Desafío Eco, la prueba se realizará entre las 8 y las 16 h del domingo en la que participarán 82 autos eléctricos y ecológicos diseñados, fabricados y conducidos por estudiantes de escuelas técnicas del país.

LA FABRICACIÓN DEL AUTO ELÉCTRICO

«El armado del vehículo demandó seis meses de construcción, desde el primer diseño que fue un dibujo hasta su finalización», explicó Christian y agregó: «Desde principio de año vamos proyectando lo que va a ser el auto. Una vez que nos dan los reglamentos sobre sus características, en abril y mayo nos ponemos a construirlo.»

Así, cuando se acercan las fechas de las carreras, tanto alumnos como profesorestrabajan hasta fuera de horario de clase, incluso sábadosy domingos.

Para el armado de los vehículos, que logran una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, las escuelas participantes recibieron del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un kit con baterías, un motor eléctrico, un regulador de velocidad electrónica, neumáticos, llantas y rodamientos, junto con el soporte técnico del Automóvil Club Argentino.

Pero una vez construido, hay que hacer las prácticas. «Es importante poner a prueba el auto, ya que la carrera tiene una duración de dos horas y es necesario calcular el funcionamiento de la batería durante todo el trayecto», explicó Nahuel.

«Los chicos se divierten mucho cuando hay una competencia. Esto es algo que los saca un poco de la rutina diaria de la escuela», explicó Christian y agregó: «Se arman hinchadas entre los alumnos y todos tiran para el mismo lado. Es algo muy motivador en donde, si bien nos gustaría ganar, lo que importa más es divertirse y trabajar en equipo. Lo más importante es llegar y estar entre los primeros puestos; pero si no se logra, trabajaremos para la próxima carrera.».

Fuente: La Nacion