Polack afirmó que «ser parte de estos ensayos posiciona al país en lugar de privilegio para la distribución» de la vacuna, y que se aplicará el riesgo al contagio como criterio para determinar quiénes será vacunados primero en línea con lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que puso al personal de la salud y a los mayores de 65 años entre los más necesitados de la profilaxis.
«La intención es que la evaluación de la fase 2/3 de efectividad de la vacuna se realice reflejando la diversidad de la población, en un rango de 18 a 80 años, en personas que no se hayan infectado y apuntamos a mirar primero a los trabajadores esenciales, sobre todo a la población de salud pero luego se ampliará«, anticipó en referencia al estudio de prueba que iniciará en agosto en el Hospital Militar de la ciudad de Buenos Aires.
Tras el personal de Salud y las personas de más de 65 años recibirían la vacuna quienes sean trabajadores esenciales, informó el diario Clarín. Polack destacó que hasta ahora no se detectaron «efectos adversos serios en la vacuna» aunque ya fueron inoculados «más de 10.000 personas en Estados Unidos», del total de 30.000 que incluiría el estudio a nivel global.
Pfizer y BioNTech esperan la aprobación regulatoria de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para poder ofrecer la vacuna resultante en nuestro país.