Burundanga, la droga que divide a víctimas y especialistas

La sustancia genera adormecimiento, mareos y desorientación. Sin embargo, los expertos afirman que no es posible que provoque esos efectos en la forma inmmediata a la que usualmente se la asocia.



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La sustancia genera adormecimiento, mareos y desorientación. Sin embargo, los expertos afirman que no es posible que provoque esos efectos en la forma inmmediata a la que usualmente se la asocia.




La escopolamina, conocida vulgarmente como burundanga, proviene de un grupo de plantas de la familia de las solanáceas, que se utilizaron durante siglos por sus propiedades medicinales.

La droga, explican los expertos, tiene aplicación en el campo de la oftalmología y se administra en distintos formatos: polvo, gotas y ampollas. También se utiliza en dosis muy pequeñas para tratar mareos provocados por el movimiento (al viajar en auto, barco, avión, entre otros).

No son infrecuentes las historias, e inclusive cadenas por mail, que vinculan la burundanga a intentos de ataques por parte de delincuentes que buscan adormecer a sus víctimas para aprovecharse de ellas, ya que anula la voluntad y la memoria. En varios casos, quienes fueron atacados reportaron sentir, de forma prácticamente instantánea, adormecimiento, desorientación y entumecimiento tras ser expuestos a la sustancia.

No obstante, especialistas descreen de la inmediatez de los efectos que causa la droga.

El jefe de Toxicología del hospital Fernández, Carlos Damin, explicó que el narcótico «(p)roduce un cuadro sintomático que puede ser aprovechado por los delincuentes, pues causa mareos, presión en el cuello, más presión cardíaca, boca pastosa, sensación de ahogo, desorientación y, dependiendo de la dosis ingerida, puede generar alucinaciones», explicó en diálogo con el diario La Nación.

Sin embargo, el especialista afirmó: «No existe sustancia que espolvoreada genere un efecto inmediato». Por el contrario, la escopolamina necesita un tiempo para actuar, indicó. En este sentido, explicó que la sustancia es usada por las «viudas negras», que drogan a sus víctimas para, después de una larga charla, dormirlas y robarles.

No obstante ello, hay personas que relataron haber experimentado precisamente los efectos de la droga en ataques callejeros. Por ejemplo, Santos, un joven de 22 años, contó que, mientras esperaba el colectivo en San Isidro, se aceró un hombre que le pidió dinero para viajar a su hogar y que le extendió la mano para saludarlo.

Al tomarle la mano, sintió que rozaba algo áspero. A los pocos minutos comenzó a sentirse mal: «Dejé de ver claro, me sentí muy mal, como que los sentidos comenzaron a alterarse», señaló el joven al matutino y añadió que también sintió ardor en las orejas y sensación de que se le dormía el rostro.

El joven corrió hasta un consultorio odontológico en la zona, en donde comenzó a sentirse mejor tras 15 minutos. Según detalló, no intentaron robarle, pero estimó que el objetivo era que el hombre del parche lo trasladara a algún lugar para secuestrarlo o tomar sus pertenencias con el pretexto de buscar ayuda.

De forma similar, una estudiante de 25 años de nombre Macarena dijo que fue atacada hace dos semanas con un polvo que le causó efectos parecidos a los experimentados por Santos en el barrio porteño de Balvanera.

«Fue todo muy rápido, me tiraron el polvo, y me empecé a descomponer. Tuve sofocamiento y mareos. Se me empezaron a anestesiar las piernas y casi no podía caminar. Llegué con mucha dificultad a la facultad y llamé a mi novio para que viniera a ayudarme. Al rato recordé las historias de varias chicas que fueron atacadas en la plaza Vicente López», relató.

La joven acudió esa misma tarde a la Clínica Bazterrica, en donde el médico que la atendió le dijo que, en efecto, había sido atacada con burundanga.

Otra chica de 21 años experimentó sensaciones similares, también de forma inmediata, luego de que una mujer le pasara por la mano y el antebrazo un papel, en la esquina de Montevideo y Arenales, en Recoleta. La joven dijo sentir un rápido entumecimiento en la zona de contacto, seguido de mareos. Finalmente, entró asustada a una zapatería, en donde se desmayó.

No obstante, Damin mantiene su postura: «No existe ninguna sustancia instantánea, ni el Valium inyectado en vena produce un efecto en menos de un minuto», a la vez que añadió que los mareos provocados por la sustancia son demasiado intensos como para desaparecer en cuestión de minutos.

Patricia Quiroga, profesora de la Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, coincidió con Damin al señalar que la escopolamina necesita tiempo para tener efectos en la víctima. Asimismo, afirmó que genera cierto sometimiento en quienes son expuestos a ella.

Sin embargo, sostuvo que los efectos particulares de cada caso tienen que ver con la sensibilidad de la persona que la experimenta, la concentración con la que se está en contacto y la vía por la que la droga ingresa al organismo.La experta dijo además que las pruebas para detectar la sustancia deben realizarse dentro de las 24 horas del contacto.

Más allá de los experimentado por las víctimas, Damin señaló que no es tan fácil estudiar este tipo de ocurrencias, principalmente debido a que quienes sufren los ataques rara vez concurren al médico tras el episodio. En este sentido agregó que en el hospital Fernández nunca trataron un caso con estas características.

Fuente: Infobae

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