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Son dos hermanos que fueron detenidos a la salida de un boliche sin haber cometido ningún disturbio. 

Era sábado a la noche y como la mayoría de los jóvenes, Luciano y Alexis fueron a bailar. Alexis, el menor de ellos, trabajaba en el boliche Bituin en la localidad codobesa de Justiniano Posse, por lo que entraba y salía cuando él quería. Sin embargo, un policía que custodiaba el lugar, le aseguró que, si volvía a salir, no volvería a entrar, por lo que el joven no lo escuchó y salió igual. Poco tiempo después, ingresó por otra puerta, ya que, como lo conocían, lo dejaron volver a ingresar. Según contó Carlos, el padre de los jóvenes, Alexis aseguró que el policía lo vio adentro y comenzó a intimidarlo. Tanto, que hasta le tiró gas pimienta en el sector donde se encontraba con sus amigos. «Alexis se puso a limpiarle los ojos a un amigo al que le había entrado de lleno el gas, y una cachiporra le golpeó la cabeza, entonces al darse vuelta le pegó a un policía por lo que se lo llevaron detenido», explicó el hombre. «Luciano, el mayor, vino con nosotros a la comisaría, y cuando volvió al boliche para preguntar quien era el policía que le había pegado a su hermano, también salió detenido», agregó. Los jovenes estuvieron cerca de 10 horas detenidos en un calabozo, donde su familia pudieron verlos durante un período corto de tiempo y aseguraron que a los jóvenes los molieron a palos dentro de la comisaría. «Los torturaron.Vimos que cuando los soltaron tenían muchos golpes y les sangraba la cara. Nos contaron que les pusieron una bolsa en la cabeza y los golpearon sin ningún motivo. No puede haber tanta impunidad», aseguró el papá.

Fuente: Minuto Uno