No Banner to display

Cuatro hábeas corpus elevados ante tribunales de distintas provincias solicitan que se otorgue a tres simios esa categoría jurídica y que se les garanticen los derechos básicos a la vida, la libertad y a no ser maltratados. 

Los reclamos que grupos conservacionistas llevaron ante la Justicia de Córdoba, Río Negro, Entre Ríos y Santiago del Estero –así como en otros países, entre ellos los Estados Unidos– ponen en tela de juicio el confinamiento en zoológicos de animales con claras capacidades cognitivas e inteligencia, como los chimpancés.

De esta forma, tienen como objetivo poner un freno al «afán abusivo y arbitrario» que sufren estos simios en los zoos, a la vez que dotarlos de estatus jurídico de forma tal que puedan gozar de los derechos básicos a la vida, la libertad y a no ser maltratados física ni psicológicamente.

Los chimpancés «mantienen lazos afectivos, razonan, sienten, se frustran con el encierro, toman decisiones, poseen autoconciencia y percepción del tiempo, lloran las pérdidas, aprenden, se comunican y son capaces de transmitir lo aprendido en sistemas culturales complejos como el de los humanos», señalan las presentaciones ante los tribunales, según recoge hoy el diario La Nación.

No obstante, quienes presentaron los recursos de hábeas corpus no buscan que los chimpancés sean equiparados con los humanos, sino que puedan ser mudados a santuarios para que vivan en semilibertad en compañía de su especie.

La ley entiende que los animales son «cosas», por lo que no tienen personería jurídica y, como tales, no tienen derechos. Los hábeas corpus señalan que mientras que las empresas son entendidas como «entes jurídicos», los simios no tienen ningún tipo de derecho. Así, reclaman que los chimpancés, que comparten el 99,4% de los genes de la raza humana, sean considerados «personas no humanas». Argumentan además que el «limbo jurídico» ha convertido a estos animales, condenados a una privación de la libertad ilegal, en «víctimas inocentes de un sistema normativo discriminatorio e inmoral».

En los Estados Unidos, fue el presidente de la ONG Nonhuman Rights Project y activista por los derechos de los primates, el abogado Steve Wise, quien presentó tres recursos ante los tribunales neoyorquinos. Los magistrados deberán dar a conocer su resolución sobre el caso el mes próximo.

Wise, quien colaboró con las presentaciones de los grupos conservacionistas ante la Justicia argentina, destacó en diálogo con el matutino que no busca que los chimpancés sean considerados como humanos, sino que los categoricen como personas no humanas, tomando en cuenta la «opinión de los 12 primatólogos más prestigiosos del mundo, que respaldan el planteo».

«El Pan troglodytes (chimpancé) es un animal-no humano: posee autonomía, autoconciencia, determinación, razonamiento para elegir, para construir herramientas por sus propios medios, para comunicarse por señas, automedicarse en la naturaleza y una estructura mental, emocional e imaginativa compleja como la nuestra: no pueden seguir siendo una cosa. Deben reconocérseles derechos básicos; si no serán abusados y explotados», señaló.

Los chimpancés en la Argentina

En el país viven en cautiverio 15 chimpancés. Los cuatro hábeas corpus interpuestos en los tribunales atañe a tres de ellos: Toti, Monti y Toto, con entre 20 y 45 años de cautiverio en los zoos de Bubalcó (Río Negro), Concordia (Entre Ríos) y Santiago del Estero, donde el zoológico ahora permanece cerrado.

Monti es el chimpancé más longevo de la Argentina. Encerrado de forma solitaria en el zoo de Santiago del Estero, el simio muestra daños físicos y psíquicos irreversibles, según determinaron los especialistas. Antes de llegar al zoológico, Monti fue obligado a trabajar en un circo, que luego lo abandonó por tener epilepsia.

El caso de Toti, en cautiverio desde hace 40 años, estuvo primero en el zoo de Córdoba y fue luego trasladado al de Bubalcó, en Río Negro. Un pedido previo de hábeas corpus por el simio llegó a la Corte Suprema y aguarda su definición. Toto, en tanto, se encuentra encerrado en el zoológico de Concordia desde hace más de 35 años.

Uno de los recursos fue elevado ante la Justicia por la representante argentina de la ONG Proyecto Gran Simio, Alejandra Juárez. El abogado correntino Pablo Buompadre, presidente de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada), es quien lleva adelante las otras tres iniciativas. Buompadre es también quien impulsa el hábeas corpus para el oso Arturo, en Mendoza.

Afada sostuvo en su presentación que es necesario reconocer los derechos de los primates debido a «su cercanía genética, como homínidos no humanos», al tiempo que llamó a disponer medidas de protección y respeto de forma urgente.

«Cuando un juez dice que un chimpancé no reúne los requisitos de admisibilidad para que se le pueda otorgar un hábeas corpus, actúa de manera dogmática, jurídicamente errónea, filosóficamente errada y científicamente inexacta», señaló Buomprade.

En este sentido, agregó que los textos normativos que en la ley argentina reglamentan el recurso de hábeas corpus hablan de personas y no de seres humanos, a la vez que el artículo 30 del Código Civil menciona a entes susceptibles de adquirir derechos y obligaciones. Por ello, concluyó, «no se puede afirmar que los hábeas corpus están sólo dirigidos a seres humanos».

El magistrado que entiende en la causa del chimpancé Monti, en Santiago del Estero, dijo estar de acuerdo de que los chimpancés gocen de algunos derechos. Dará a conocer su resolución en las próximas semanas. En tanto, el fiscal del caso pidió a especialistas que determinen la conveniencia de que el simio sea llevado a un santuario en San Pablo, Brasil.

En tanto, mañana, Pedro Rozas Terrados, representante español de Proyecto Gran Simio, hará una presentación en el Colegio de Abogados de San Isidro acerca de la situación mundial de los grandes primates (chimpancés, orangutanes, bonobos y gorilas). Allí, expondrá las posturas científicas que consideran a estos animales como «seres racionales y personas sintientes».

En este sentido, el activista resaltó la inteligencia, la cultura y las capacidades lingüísticas y emocionales de estos simios, a la vez que destacó su proximidad evolutiva respecto de los seres humanos. «No podemos tratarlos como meros objetos sin derechos», afirmó.

Fuente: Infobae