Dos conductores que manejaban borrachos inauguraron la nueva cárcel porteña

Este fin de semana, la cárcel para contraventores de la Ciudad recibió a sus dos primeros presos. 



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El centro de detención para contraventores está en Beazley 3860 y fue inaugurado el 10 de junio. Fue construido por el Consejo de la Magistratura de la Ciudad, aunque depende del Ministerio de Justicia porteño. Cuenta con diez calabozos, seis para hombre y cuatro para mujeres, custodiados por 45 efectivos de la Metropolitana que trabajan en tres turnos. Las instalaciones son cómodas y, hasta ahora, nadie las había usado.

Según el diario Clarín, el sábado cada preso fue ubicado en su propio calabozo, donde los esperaba una cama con sábanas nuevas. Los detenidos tienen garantizadas cuatro comidas diarias y atención médica las 24 horas. Durante el día pueden ir al salón de usos múltiples para mirar televisión en un LED de 40 pulgadas o disfrutar de los juegos de mesa. Y para mitigar el encierro, tienen la posibilidad de caminar en un patio al aire libre. Como sus condenas son menores a 30 días, no les habilitaron la habitación reservada para «visitas higénicas». De hecho, uno de ellos iba a salir de la cárcel este domingo a la mañana y el otro lo hará el lunes también durante la mañana.

El taxista preso tiene 24 años y es peruano. Un jueves, cerca de las cinco de la tarde, chocó con su vehículo a un auto particular que circulaba por calle Yerbal, en el barrio de Flores. Cuando el conductor damnificado fue a pedirle los datos del seguro, ni siquiera pudo bajar del taxi. Intervino la Policía, que le hizo un análisis de alcoholemia: tenía 2,3 gramos de alcohol por litro de sangre. Por eso, el chofer fue condenado a 2 días de cárcel y perdió diez puntos de scoring de su registro.

El otro conductor que fue preso tiene 21 años y fue detenido una madrugada en el peaje de Parque Avellaneda de la autopista Perito Moreno. La empleada de la cabina notó que tenía un fuerte olor a alcohol y que hablaba incoherencias y, por eso, le dio aviso a la Policía. A su vez, ésta se comunicó con el 0800 33 FISCAL y también pidió la intervención de los agentes de control de tránsito del Gobierno porteño. El test de alcoholemia reveló que el joven tenía 1,7 gramos de alcohol en sangre. Lo sentenciaron a un día de arresto y le inhabilitaron el registro por 20 días corridos.

En el primer semestre del año, ingresaron 1912 casos de alcoholemia positiva a la Fiscalía General de la Ciudad, a razón de un promedio de 10 por día. Sin embargo, hasta ahora no existía una cárcel para mandar a los condenados por ésta o por otras contravenciones que se sancionan con arresto efectivo.

Fuente: minuto uno

Publicado en: Sociedad   Etiquetas:


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