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Por orden del Tribunal Oral en lo Criminal N° 6 de San Isidro está bajo el monitoreo de una tobillera electrónica y entregó una caución de un millón de pesos.

Alojado en la casa de su amigo Héctor Liñeiro, donde ya residió hasta que en 2009 fue detenido tras el fallo de Casación que lo condenó a prisión perpetua, Carrascosa escribió una carta para relatas sus experiencias en la cárcel.

«Qué rara sensación, después de tantos años, hace unas horas me mandaron a casa y aún no tomé conciencia. Se me cruzan cosas insólitas, no voy a sentir más el ruido de las puertas de hierro, el cerrar y abrir candados, el estar esperando largos minutos para que abran la puerta para salir del pabellón, y si logro salir, ¿a qué? A vagar por ahí, a escuchar historias de presos, a tomar las horas de mate, horas que se estiran y no te agregan nada. A cocinar antes de que cierren las celdas, a esconder lo poco bueno que podés tener, para que no te roben», detalló.

Más adelante les habla a sus allegados: «A todos ellos mil gracias, no porque me hayan acompañado, les digo gracias porque soy de los pocos mortales que nos podemos ir de este mundo sabiendo quiénes son sus amigos. Salgo enriquecido, no me cabe duda. No seré Mandela, como dice mi amigo, pero crecí. Espero en los años que me quedan poder seguir creciendo y tratar de ser mejor persona».

Fuente: minutouno.com