Kushner y el resto de los staffers ya no tendrán acceso al nivel Alto Secreto/SCI, cuyas siglas en inglés significan información sensible compartimentada, sino únicamente aquellos documentos clasificados como secretos.
Desde hace meses la oficina de seguridad de la Casa Blanca notificó al jefe de gabinete John Kelly que, debido a información otorgada por el FBI, no recomendarían brindar a Kushner un permiso permanente. El presidente tiene la autoridad de brincarse el proceso y las recomendaciones y simplemente otorgar a su yerno los permisos necesarios, pero la semana pasada Trump declaró que dejaría el asunto en manos de Kelly, quien «respeta mucho a Jared».
De acuerdo con un reporte de CNN, entre 30 y 40 funcionarios al interior de la administración todavía no contaban con permisos de seguridad permanentes, muy inusual para el segundo año de gobierno. Uno de ellos era Rob Porter, quien hace dos semanas fue despedido después de que salieran a la luz las acusaciones de abuso por parte de sus dos ex esposas.
Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, declaró: «Puedo decirles que nada ha ocurrido que afecte el valioso trabajo que Jared está haciendo. Él continúa, y continuará, siendo un valioso miembro del equipo».
Aún no queda claro si el acceso limitado a documentos será un obstáculo para las extraordinarias tareas que tiene a su cargo el yerno presidencial. Entre ellas está negociar la paz en medio oriente, acabar con la crisis de adicción a la heroína, y suavizar la relación con México.
Desde hace meses se sabe también que Kushner mintió -u omitió información-en una de las formas donde solicitó su permiso de seguridad. El yerno presidencial no mencionó numerosos contactos que tuvo con ciudadanos y funcionarios rusos, pregunta explícita del cuestionario. En total, Kushner envió un documento meses después de entregar sus formas con más de 100 correcciones a errores.
Se ha rumorado que a la comunidad de inteligencia le preocupan los nexos de Kushner con dinero ligado al Kremlin. En el libro Fuego y Furia: Dentro de la Casa Blanca de Trump, del periodista Michael Wolff, Steve Bannon, otrora estratega presidencial, declaró que los Kushner habían financiado sus desarrollos inmobiliarios con dinero sucio de Rusia, y prácticamente acusó al yerno del presidente de lavar dinero para los oligarcas de Putin.
Hace unos días Wolff declaró en entrevista que veía muy probable que Robert Mueller, investigador especial del caso Rusia, levantara cargos contra Kushner y lo usara para llegar al presidente.
«La pregunta más directa es si Trump va a lanzar a su yerno bajo las ruedas del autobús, y luego el corolario es: ¿el yerno arrojará a su suegro bajo las ruedas del autobús», dijo Wolff. «Yo creo que la respuesta a ambas preguntas es ‘sí'».
