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El FBI admitió ayer que en enero pasado recibió una alerta sobre Nikolas Cruz, el joven de 19 años que el miércoles asesinó a 17 personas en una escuela en Florida, pero falló en seguir los protocolos adecuados para investigarlo. De acuerdo con el FBI, el 5 de enero una “persona cercana” a Cruz se comunicó por teléfono y brindó información sobre “su posesión de armas, su deseo de matar gente, su comportamiento errático y sus comentarios en redes sociales, así como el potencial que tenía para atacar una escuela”.
Tal información debió ser considerada como «una amenaza potencial a la vida” de terceros. Sin embargo, los procedimientos previstos para casos de ese tipo “no fueron seguidos luego de los datos recibidos” y la información no fue transmitida a la oficina del FBI en Miami, por lo que “no se condujo ninguna investigación en ese momento”.
Si se hubiera cumplido con los protocolos establecidos y la información hubiera llegado a los agentes del FBI en Miami, se podrían haber adoptado “pasos apropiados” para evitar que se desatara una tragedia, según reconocieron las autoridades federales en un comunicado.
Fuente: Perfil