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El presidente de Estados Unidos dijo que aislar a una región agravaría la crisis. Y pronosticó que pueden surgir más casos «aislados» en su país.

El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó esta mañana a los estadounidenses a no «ceder ante la histeria o el miedo» por el virus del ébola, al tiempo que pidió paciencia y sentido de la perspectiva para contener a la enfermedad.

En su discurso semanal al país, Obama también desestimó la idea de una prohibición de viajar desde Africa occidental, epicentro del brote, al afirmar que una restricción de ese tipo sólo agravaría la crisis.

«Todos nosotros -ciudadanos, líderes, medios de comunicación- tenemos una responsabilidad y un papel que desempeñar», dijo Obama. «Es una enfermedad seria, pero no podemos ceder ante la histeria o el miedo, porque eso sólo hace que sea más difícil para la gente conseguir la información exacta que necesita. Tenemos que guiarnos por la ciencia. Tenemos que recordar los hechos básicos», agregó.

Sus declaraciones ocurren un día después de que el Banco Mundial advirtiera que la lucha para detener el ébola se estaba perdiendo y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportara que, al 14 de octubre, ya habían muerto 4.555 personas a causa de la enfermedad.

Estados Unidos -donde murió un liberiano de ébola el 8 de octubre y dos enfermeras estadounidenses que lo trataron dieron positivo- no estaba experimentando un «brote» o «epidemia», enfatizó Obama.

Pero el miedo al ébola ha ido ganando terreno. En esa línea, Obama reconoció que es posible que aparezcan más casos «aislados» en territorio estadounidense. «Pero sabemos cómo librar esta lucha», dijo.

«Y si damos los pasos necesarios, si nos guiamos por la ciencia -los hechos, no el miedo- estoy absolutamente seguro de que podemos prevenir un brote grave aquí en Estados Unidos, y podemos continuar a la cabeza del mundo en este esfuerzo urgente».

Obama reiteró que la prohibición de viajar a ciudadanos del Africa occidental no es la respuesta adecuada. «Nuestros expertos médicos nos dicen que la mejor manera de detener esta enfermedad es detenerla en sus fuentes, antes de que se extienda aún más y sea aún más difícil de contener», dijo.

«Tratar de aislar a toda una región del mundo -si eso fuera posible- en realidad podría hacer que la situación empeorara», aseguró.

«Sería más difícil trasladar personal sanitario y suministros de ambos sentidos. La experiencia demuestra que también podría llevar a las personas en la región afectada a cambiar su viaje para evadir la detección, y hacer que la enfermedad sea todavía más difícil de rastrear», expresó el jefe de Estado.

Fuente: clarin.com