Surgen frenos en la Iglesia a la apertura hacia gays y divorciados

Las deliberaciones en el Sínodo de la Familia. El ala conservadora busca cambios en el texto final del encuentro alentado por el Papa. Hoy se cierra el cónclave.



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Las deliberaciones en el Sínodo de la Familia. El ala conservadora busca cambios en el texto final del encuentro alentado por el Papa. Hoy se cierra el cónclave.




De nuevo clima agitado en el Sínodo Extraordinario de la Familia, convocado por Francisco y que concluirá mañana domingo en coincidencia con la beatificación de Pablo VI. La publicación de los diez informes de los Círculos Menores –divididos en grupos por idiomas– mostró controversias, cambios importantes, frenazos y hasta pasos atrás respecto al documento “Relación después del debate” de la primera fase, la semana pasada, que fue leída el lunes por el cardenal húngaro Peter Erdo. El texto causó gran sorpresa al contener extraordinarias novedades en la actitud de la Iglesia frente a temas urticantes como la homosexualidad, las convivencias y los divorciados vueltos a casar.

Hoy sábado se conocerá después del mediodía el documento final de este Sínodo dirigido al Papa, que con o sin cambios de su mano lo enviará después a todas las conferencias episcopales nacionales y se elaborará un nuevo Instrumento de Trabajo a discutir en el segundo Sínodo de la Familia, cuya convocatoria fue fijada para octubre de 2015. En esta asamblea intervienen 114 padres del Sínodo, quienes son presidentes de las conferencias episcopales nacionales de cada país.

Las dimensiones de los temas y los fuertes enfrentamientos entre cardenales y obispos conservadores y progresistas –algunos hasta escucharon “chispas” en voz alta que venían del aula sinodal, con Francisco que escuchaba en silencio, atentamente, todo lo que ocurría– crean un clima de Concilio, como en el Vaticano II realizado entre 1963 y 1965.

Ayer, el cardenal africano Roberto Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum y padre sinodal (en total son 191, con derecho a voto) atacó duramente la línea contenida en la Relación leída el lunes respecto a los homosexuales, que incluye la frase “las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana”, que muchos miembros de la asamblea pidieron borrar del documento final.

“Las uniones homosexuales son una grave desviación de la sexualidad”, dijo el purpurado, en la línea predominante en Africa, que considera un tabú hacer referencias que no sean condenatorias sobre las parejas del mismo sexo. “Lo que se ha publicado es un intento de presionar a la Iglesia para hacerle cambiar la doctrina”, tronó el cardenal Sarah.

El purpurado africano recordó que “las Sagradas Escrituras consideran las relaciones homosexuales como graves depravaciones y la Tradición las ha declarado siempre como intrínsecamente desordenadas. En ningún caso pueden ser aprobadas”.

“Todavía –añadió– es más incomprensible pensar de imponer a los niños un ambiente homosexual para su educación o ambiente de vida”. El cardenal Sarah se mostró sorprendido por la difusión de un texto como la Relación que es el borrador del documento final, “que refleja sólo parcialmente la discusión en el aula” en el debate de la semana pasada.

“¿Alguien quizás quiere desestabilizar la Iglesia y minar las bases?”, concluyó preguntándose el purpurado africano y “ministro” del Papa en la Curia.

El final de su discurso contiene acusaciones muy graves que apuntan contra los funcionarios del Sínodo que responden a la línea de Jorge Bergoglio. La relación que leyó el cardenal Erdo fue escrita por el obispo y teólogo Bruno Forte. El secretario general del Sínodo, cardenal Lorenzo Beldisseri, propuso no publicar la síntesis de los informes en los Círculos Menores, que se conocieron ayer por la tarde.

Hubo una gran oposición a esta propuesta por parte de los cardenales Erdo, George Pell, “ministro” de Economía del Papa, y André Vingt–Tros, arzobispo de París, con el apoyo de al menos una docena más de cardenales y patriarcas. Como el debate se hacía áspero, el Secretario de Estado intervino y dijo que consideraba necesario hacer públicos los documentos con las posiciones de todos los círculos lingüísticos y las propuestas de enmiendas aisladas. El Papa Francisco permaneció impasible.

Al final, el debate se inclinó en favor de publicar todo, lo que evidenció las contraposiciones en los contenidos en materia de parejas homosexuales, comunión de los divorciados vueltos a casar y los que viven en concubinato. Hay un predominio de los padres del Sínodo que exigen que se ponga un acento mayor en el mensaje positivo que trasmite la familia cristiana, en el matrimonio como sacramento y en el concepto de indisolubilidad, reafirmando la doctrina del matrimonio católico. A la “compasión”, el “perdón” y la “misericordia”, que enarbolan Francisco y el ala progresista, los “doctrinarios” reclaman recuperar claramente la categoría del “pecado”, del “adulterio” y de la “conversión”.

Fuente: Clarín

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