Rousseff se consolida para mañana tras el último debate

Marina Silva y Aecio Neves disputan el segundo lugar, aunque la ecologista evangélica contaría con diferencia a favor. No es claro si habrá segunda vuelta. Duros roces en el debate de los candidatos.



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Marina Silva y Aecio Neves disputan el segundo lugar, aunque la ecologista evangélica contaría con diferencia a favor. No es claro si habrá segunda vuelta. Duros roces en el debate de los candidatos.




Con una escenografía cuidada pero contenidos distantes del ciudadano común, el último debate de los presidenciables emitido el jueves por la TV Globo no fue un estímulo para cambios en las tendencias electorales. El inicio, a las 23 horas, fue un factor que conspiró contra el alcance de los mensajes que pretendieron transmitir los tres candidatos principales. No es un horario adecuado para un día de semana.

Pero hubo algo más importante. Según el sociólogo Renato Meirelles, de la consultora Data Popular, “no consiguen comunicarse en forma más directa con la llamada clase C, que reúne 56% de los electores del país”. Ese segmento sustancial de la población brasileña, que reciben hasta US$ 1.300 de ingresos familiares, y que creció en los últimos 10 años, tiene según el especialista nuevas necesidades, que hacen no sólo a su capacidad de consumo como a la calidad de los servicios que le ofrecen. Para Meirelles, este punto estuvo ausente en todos los debates que caracterizaron esa primera parte de la carrera presidencial. Las discusiones entre los postulantes “lejos de atraer, apartó a los electores de los debates políticos”. Algo de eso admitió la presidenta Dilma Rousseff al señalar, ayer en una entrevista breve con periodistas, que “fue una confrontación con limitaciones, con poco tiempo para comparar las propuestas. Pero creo que en definitiva permitió el esclarecimiento”.

La presidenta evitó hablar de un eventual triunfo contundente en primera vuelta. “Estamos contando con un segundo turno. Y vamos a luchar por presentar nuestras propuestas de educación, salud y vivienda. Creo que hicimos una campaña fuerte y agradezco a la militancia que estuvo aquí en nuestros actos”.

Con algún voltaje mayor que en otras rondas, Dilma y Aécio Neves contrapusieron sus visiones antagónicas sobre las políticas económicas y sociales. El “tucano” le enrostró a la presidenta “su fracaso” en la política económica. Dilma le replicó con dureza: “A mí me fue bien si se compara mi gobierno con lo sucedido en los gobiernos en los que el señor participó, y que quebraron tres veces el país”. Cuestionó, también, los 8 años de mandato de Fernando Henrique Cardoso por “poner a Brasil de rodillas ante el FMI”. Neves sólo atinó a decir: “Ni usted ni su asesor en marketing João Santana pueden reescribir la historia”.

Lo cierto es que el presidenciable del PSDB habló, la mayor parte del tiempo, de la corrupción en la petrolera estatal Petrobras, un tema sobre lo que no parece haber por el momento datos nuevos. El ex gobernador de Minas Gerais y actual senador, atacó desde un inicio a la socialista Marina Silva, a quien intenta superar en los comicios de mañana. Recordó el “escándalo” del “mensalao” del año 2005 (cuando se descubrió la existencia de un esquema de sobornos a legisladores y políticos). Y le enrostró a la ambientalista el haber permanecido en el Partido de los Trabajadores en aquella época (recién dejaría el PT en 2009).

Marina atajó el penal y lo devolvió con creces: “Usted es miembro de un partido (el PSDB) que tuvo su propio mensalao cuando sobornó diputados y senadores (en el primer gobierno de Fernando Henrique Cardoso) para conseguir que (el Parlamento) votara el proyecto de reelección. Y usted sigue en esa agrupación”.

Dilma, principal blanco de los golpes proferidos por Aecio, se defendió: “Corruptos hay en todos los lugares. Lo que es necesario es que las instituciones sean capaces de investigar. Todo el mundo puede cometer corrupción, pero son las instituciones las que deben ser virtuosas e impedir que esto ocurra”. Como señaló el analista Meirelles, 56% de los ciudadanos continuaban, hasta ayer, sin respuesta a sus demandas. Quien más se aproximó, incluso por el hecho de ser gobierno, es Rousseff. Y eso explica su popularidad en alza.


 

Fuente: Clarin

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