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El gobierno catalán y los partidos que apoyan la consulta soberanista convocada para el 9 de noviembre próximo redoblan el desafío y mantienen ese llamamiento. 

Se oponen así a la decisión del Tribunal Constitucional, que suspendió tanto la convocatoria como la ley de consultas aprobada por el Parlamento de la comunidad autónoma.

El gobierno de Mariano Rajoy se encontró ayer con que el bloqueo legal para impedir tanto la movilización popular independentista como el apoyo en las calles a la convocatoria era desafiado por Artur Mas, el presidente de la comunidad autónoma, quien había impulsado la creación de un consejo electoral catalán que entenderá en la consulta.

Rajoy había anunciado su intención llevar ante la Justicia esta iniciativa, que en el gobierno central conservador se entiende casi como un acto de desobediencia civil. “Esta decisión es un incumplimiento de la ley y lo llevaremos ante los tribunales”, declaró la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Rajoy ha declarado reiteradas veces que Cataluña no tiene potestades constitucionales para llamar al referéndum y que esa convocatoria ha sido suspendida en toda regla por el Tribunal Constitucional. Insiste en que 7,5 millones de habitantes de Cataluña no pueden pronunciarse de modo unilateral porque “la soberanía nacional recae sobre el conjunto de la población española”.

“No nos pueden robar a los 47 millones de españoles que decidamos el presente y el futuro de nuestra gran nación”, proclamó ayer la líder en Cataluña del Partido Popular de Rajoy, Alicia Sánchez Camacho.

Aunque al principio Mas acató la decisión del Constitucional, retrocedió ante la negativa reacción del resto de los partidos que apoyan la consulta. El líder catalán incluso estaba de acuerdo en paralizar la campaña de apoyo popular, que cuenta con la adhesión de gran cantidad de ayuntamientos y miles de voluntarios.

El conflicto enfrenta sobre todo a Convergencia Democrática de Cataluña, que gobierna la Generalitat (el gobierno catalán) con Esquerra Republicana, tradicionalmente independentista. La marea popular que comenzó a ascender hace dos años con inesperada pujanza, terminó por quebrar la hegemonía de Convergencia y dar la prioridad a los republicanos de izquierda.

Un sondeo que se conoció ayer ha revelado cifras elocuentes. Esquerra Republicana sería ahora la fuerza con mayor intención de voto en las elecciones autonómicas en Cataluña por una diferencia de 6,7%. Los republicanos reúnen el 19,8% de los votos frente al 13,1% de Convergencia.

El estudio demoscópico presentado por el Centro de Estudios de Opinión de Cataluña señala que hay un 23% de electores indecisos. En 2012, Convergencia superó a Esquerra por 20,55% contra 9,2% de los republicanos.

Según el estudio, dos de cada diez votantes de Convergencia en el 2012 apoyarían ahora a Esquerra. Los socialistas se sitúan como tercera fuerza política, con un 5,8%, seguido de Ciutadans (centro derecha anti-soberanista), con un 5,3%. La izquierda alternativa y ecosocialista se quedaría en el 4%. El partido Podemos, vinculado al movimiento de los indignados y que irrumpió en las pasadas elecciones europeas, entraría por primera vez en el Parlamento catalán, con un 3,9% de los votos.

Otra revelación importante del sondeo es que el 70,8 % de los ciudadanos catalanes está a favor de la celebración del referéndum independentista del 9 de noviembre que el Ejecutivo central de España rechaza por inconstitucional. De acuerdo con la encuesta sólo un 22% de los catalanes está en contra de la consulta, mientras un 6,4 % no sabe o no contesta.

Fuente: Clarin