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La ciudad de Ferguson está sumergida en el caos  tras el asesinato de un joven negro a manos de un  policía

Un caso de gatillo fácil desató una inesperada crisis social en Ferguson, Missouri. La ola de protestas y disturbios en esa ciudad estadounidense llevaron al gobernador de dicho estado a declarar el toque de queda para evitar mayores complicaciones.

El gobernador de Missouri, Jay Nixon, decretó el toque de queda, el cual implica la prohibición de salir a la calle, desde la medianoche de este sábado y rige hasta la madrugada local, informaron las agencias internacionales.

Antes de que empezara a regir la medida, habitantes afroamericanos realizaron otra protesta por las calles para pedir justicia por el asesinato del adolescente Michael Brown, de 18 años, a manos de un agente de policía, en un crimen con un trasfondo racista.

A pesar de dicha prohibición, habitantes de la ciudad salieron a la calle para protestar. Se vivieron momentos tensos, con alrededor de 150 personas en la calle, según estimaciones policiales. Se registraron graves incidentes, se arrojaron gases lacrimógenos y siete manifestantes fueron detenidos, según se informó.

En declaraciones públicas, Nixon, del Partido Demócrata, remarcó: «Los ojos del mundo están observando. Es la prueba para ver si la comunidad puede terminar con este ciclo de miedo y violencia y reemplazarlo por uno de paz y justicia».

Las protestas en Ferguson han devenido en incidentes entre los manifestantes y la policía. El pico de violencia se vivió el último viernes, cuando se registraron saqueos en una zona comercial.

Fuente: minutouno.com