Fidel Castro se reunió con los «Cinco Héroes» que fueron prisioneros en EE.UU.

El ex presidente cubano recibió a los agentes de inteligencia liberados



No Banner to display

El ex presidente cubano recibió a los agentes de inteligencia liberados




El ex presidente cubano Fidel Castro se reunió finalmente con los cinco agentes de inteligencia que regresaron a la isla tras cumplir largas penas de cárcel en los Estados Unidos. El encuentro tuvo lugar 73 días después de que fueran puestos en libertad los tres últimos en un intercambio de prisioneros.

La reunión entre Castro, de 88 años, y los cinco agentes había sido muy esperado debido a que el líder histórico de la revolución había encabezado antes de su retiro en 2008 una campaña por la liberación de los hombres que recibieron recientemente el título de «Héroes de la República de Cuba».

Los cinco cubanos cumplían en Estados Unidos penas de entre 15 años y dos cadenas perpetuas por espiar a grupos extremistas anticastristas en suelo estadounidense.

Medios oficiales publicaron el lunes fotos de la reunión del sábado, en la que los cinco hombres aparecen sonrientes y conversando con Castro.

«Fui feliz durante horas ayer. Escuché relatos maravillosos de heroísmo del grupo presidido por Gerardo [Hernández]», escribió Castro en un texto publicado hoy en el diario Granma junto a las fotografías con los agentes.

«Ninguno de los Cinco Héroes realizó sus tareas en busca de aplausos, premio o gloria. Recibieron sus honrosos títulos porque no lo buscaron», agregó.

Dos de los agentes habían sido liberados tras el cumplimiento de las condenas, mientras que los últimos tres regresaron sorpresivamente el pasado 17 de diciembre como parte de un histórico acuerdo entre Cuba y Estados Unidos que incluyó el anuncio del restablecimientos de relaciones diplomáticas entre los viejos enemigos de la Guerra Fría.

EL TEXTO COMPLETO DE FIDEL CASTRO

«Los recibí el sábado 28 de febrero, 73 días después que pisaron tierra cubana. Tres de ellos habían consumido 15 largos años de su más plena juventud al respirar el aire húmedo, maloliente y repugnante de los sótanos de una prisión yanki, después de ser condenados por jueces venales. Otros dos, que igualmente trataban de impedir los planes criminales del imperio contra su Patria, fueron condenados también a varios años de prisión brutal.

Los propios organismos de investigación, ajenos por completo al más elemental sentido de la justicia, participaron en la inhumana cacería.

La inteligencia cubana no necesitaba en absoluto seguir los movimientos de un solo equipo militar de Estados Unidos, porque esta podía observar desde el espacio todo lo que se movía sobre nuestro planeta a través de la Base de Exploración Radioelectrónica «Lourdes», al sur de la capital de Cuba. Este centro era capaz de detectar cualquier objeto que se moviera a miles de millas de nuestro país.

Los Cinco Héroes antiterroristas, que nunca hicieron daño alguno a Estados Unidos, trataban de prevenir e impedir los actos terroristas contra nuestro pueblo, organizados por los órganos de inteligencia norteamericanos que la opinión mundial sobradamente conoce.

Ninguno de los Cinco Héroes realizó sus tareas en busca de aplausos, premio o gloria. Recibieron sus honrosos títulos porque no lo buscaron. Ellos, sus esposas, sus padres, sus hijos, sus hermanos, y sus conciudadanos, tenemos el legítimo derecho a sentirnos orgullosos.

En julio de 1953, cuando atacamos el Moncada, yo tenía 26 años y mucho menos experiencia que la que ellos demostraron. Si estaban en Estados Unidos no era para hacer daño a ese país, o tomar venganza por los crímenes que allí se organizaban y abastecían de explosivos contra nuestro país. Tratar de impedirlos era absolutamente legítimo.

Lo principal a su llegada era saludar a sus familiares, amigos y al pueblo, sin descuidar un minuto la salud y el riguroso chequeo médico.

Fui feliz durante horas ayer. Escuché relatos maravillosos de heroísmo del grupo presidido por Gerardo y secundado por todos, incluido el pintor y poeta, al que conocí mientras construía una de sus obras en el aeródromo de Santiago de Cuba. ¿Y las esposas? ¿Los hijos e hijas? ¿Las hermanas y madres? ¿No los va a recibir también a ellos? ¡Pues también hay que celebrar el regreso y la alegría con la familia!

Ayer, en lo inmediato, quería intercambiar con los Cinco Héroes. Durante cinco horas ese fue el tema. Dispongo desde ayer, afortunadamente, del tiempo suficiente para solicitarles que inviertan una parte de su inmenso prestigio en algo que será sumamente útil a nuestro pueblo.»

Fuente: La Nación



Articulos relacionados