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El balotaje del 30 de noviembre.Según algunos sondeos, el candidato oficialista obtendría una ventaja de hasta 15% de los votos en el segundo turno del 30 de noviembre. Revierte así un pronóstico anterior que anticipaba un final muy reñido.

Aquel escenario de balotaje reñido, casi de lucha voto a voto, que hace un mes auguraban las principales encuestadoras, viró por completo tras la muy buena votación del oficialista Frente Amplio (FA) el pasado 26 de octubre. Los últimos sondeos han sembrado en la ciudadanía la clara sensación de que Tabaré Vázquez volverá a ser el presidente de los uruguayos.Esa impresión cobró mayor fuerza en las últimas horas cuando comenzaron a difundirse algunas encuestas como la de Factum, que le da un 15% de ventaja a la fórmula del FA –completada con Raúl Sendic como vicepresidente– por sobre la del Partido Nacional (PN), compuesta por Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga.La tan mentada puja, como claramente lo demuestran las cifras, se desvaneció y la gente, por estas horas, casi no tiene presente la contienda electoral del domingo 30 de noviembre. Esta apatía podría ser apreciada, sin demasiado esfuerzo, por cualquier turista que venga por estos días a Montevideo y ponga mediana atención en los temas de las charlas callejeras.Toda la semana pasada, las conversaciones en bares y oficinas se centraron en la previa del clásico especial, entre Peñarol y Nacional, porque –con algunos resultados– existía la chance de que Nacional pudiese dar la vuelta olímpica frente a su tradicional rival. Y después del domingo, en un país hiperfutbolero, se siguió hablando de fútbol: del golazo del Chino Recoba sobre la hora, de cómo Nacional lo dio vuelta en los descuentos, y ahora del regreso de Luis Suárez a la selección tras la suspensión por morder a un jugador italiano en el último Mundial.Por más que no lo exprese públicamente, a la fórmula nacionalista se la percibe abatida. Lo mismo a sus militantes más fervorosos, a quienes poco se ve ahora en el residencial barrio de Carrasco (el único de la capital donde ganó el PN) repartiendo volantes con publicidad del Partido. De hecho, a una hora pico y en una típica esquina carrasquense, este corresponsal, casi de forma automática, abrió el vidrio de su auto pensando recibir, como fue una constante las últimas semanas, algún volante de Lacalle y su nuevo eslogan “Uruguay unido. Por la positiva”. En cambio, lo que obtuvo fue una invitación para una feria de ropa y accesorios a realizarse en ese sector de la ciudad.El director de la Consultora Factum, Oscar Bottinelli, también nota un desánimo del contendiente de Tabaré y el aparato que lo rodea. “El FA votó mucho mejor de lo pensado (y muchísimo mejor de lo que esperaban blancos y colorados) y además el PN y sobre todo el Partido Colorado –PC– votaron peor de lo esperado (y muchísimo peor de lo que ellos mismos esperaban)”, dijo a Clarín. A este análisis hay que agregar que, para que la fórmula de Lacalle y Larrañaga pudiera convencer a los colorados, necesitaba que el PC votara bien y su dirigencia saliera fortalecida. Pero sucedió lo contrario: el PC fue el gran perdedor la primera vuelta, vivió su segunda peor elección histórica. Entre su dirigencia comenzaron a pasarse viejas facturas.En cambio, la buena faena del FA en la primera vuelta (sacó 47,81% de los votos, cuando sondeos previos le daban 4 ó 5 puntos menos) le dio un fuerte envión para el balotaje. “Vázquez retiene casi todo al que votó al FA en octubre (hay 1% indefinido y esto tiene que ver con algunas personas que votan al FA pero no les gusta Vázquez). Capta, además, varios perfiles: 1 punto de blancos y 1 de colorados, y 3 puntos de votantes de otros partidos”, asegura el director de Factum.Según la última encuesta de la consultora, la fórmula del FA obtendría 52%; la del PN 37%; un 6% votaría en blanco y un 5% se muestra indeciso. La ventaja es notoria, a punto tal que, si estos últimos dos grupos decidiera inclinar su voto al PN, quedaría aún a 4 puntos de empatar al Frente.

Fuente: CLARIN