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Un efectivo de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) fue asesinado en Rafael Castillo por un grupo de narcos a los que el policía y su compañera intentaron identificar. Según fuentes de la fuerza de seguridad bonaerense, el sangriento episodio ocurrió pocos minutos después de las 19, en la esquina de García Merou y De la Fuente, en esa localidad del partido de La Matanza.

Ambos policías habían sido asignados para patrullar el área adyacente a un cementerio abandonado, en una superficie de diez hectáreas con un perímetro rodeado por un paredón que, en las últimas semanas se había convertido en punto de concentración de varios traficantes que se dedicaban a comercializar drogas en ese lugar.

Tanto la víctima como su compañera recorrían la zona en un móvil policial cuando advirtieron la presencia de un grupo de sospechosos que realizaban una operación de venta de estupefacientes. Entonces, los uniformados se acercaron para identificarlos y, en ese momento, los delincuentes abrieron fuego contra el patrullero.

La muerte del uniformado elevó a 14 los efectivos distintas fuerzas de seguridad que fallecieron este año en enfrentamientos con delincuentes, tanto en horas de servicio como en días de franco, en todo el país.

Los policías no habrían tenido tiempo sacar sus armas reglamentarias. Hubo tres bocas de fuego distintas. Uno de los policías falleció en el lugar. Mientras que su compañera y otros dos efectivos que llegaron al lugar porque estaban en la zona, continuaron con la persecusión de los agresores, dentro del cementerio abandonado.

Al escuchar los disparos, los vecinos de la zona alertaron número de emergencias 911. A partir de este llamado, por lo menos 22 efectivos llegaron al lugar para perseguir a los agresores. Dentro del predio, los policías detuvieron a un sospechoso, de 17 años, con un chaleco antibalas y una pistola 9 mm.

Después de rastrillar el predio, de pastizales altos y sin iluminación, los policías encontraron una mochila con handys y municiones. Mientras tanto, el efectivo baleado, que habría sido identificado por fuentes policiales, como Benjamín Nazareno Zucarelli, de 23 años, fue llevado en un móvil hasta el hospital René Favaloro, en González Catán.

Al revisar al uniformado en el shock room del mencionado nosocomio, los médicos comprobaron que ya había fallecido y que tenía tres balazos, uno en el rostro, otro en la arteria femora y otro en el abdomen. Según fuentes de la investigación, los agresores habrían sido identificados.

Uno de los sospechosos había posteado, en los últimos días, una foto en la que aparece con un fusil de asalto, rodeado por algunos de sus cómplices. Se trataría de un mensaje dirigido a bandas rivales, que pelean por quedarse con el área del cementerio abandonado, para mostrar el poder fuego del grupo que comanda.

Fuente: La Nación