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Entre la tragedia y la desesperación, un chico de 10 años se subió a una moto y fue a la comisaría para pedir ayuda porque su mamá estaba siendo golpeada por su papá. Ocurrió en Salta, en Pichanal, una pequeña ciudad del departamento de Orán, y el niño evitó lo que podría haber sido otro femicidio.

Según el testimonio de los vecinos no era la primera vez que la joven mamá de 32 años era agredida por su marido. E incluso a los eventuales testigos de las peleas y discusiones de esta pareja se les hizo difícil determinar las veces que la mujer fue víctima de violencia de género.

Esta vez, el hijo del matrimonio, asustado por lo que estaba ocurriendo en su casa, se subió a la moto de la familia y condujo solo hasta la Comisaría 21 de Orán, donde con el último aliento alertó a los policías que su papá estaba golpeando a su mamá y pidió ayuda porque esta vez el hombre estaba armado.

En forma inmediata, un patrullero se dirigió a la vivienda donde se estaba produciendo la agresión y los efectivos encontraron al hombre en evidente estado de ebriedad y con un revólver calibre 32mm en sus manos. De acuerdo a lo consignado por la prensa local, el agresor llevaba más treinta cartuchos guardados en los bolsillos.

Al momento de producirse la detención del acusado, los vecinos aseguraron que escucharon detonaciones que provenían del interior de la vivienda. Además, la mujer presentaba golpes en la cabeza aparentemente producidos por el arma.

El sujeto de 43 años fue detenido en el asentamiento Francini de Pichanal y quedó demorado por la brutal agresión a su pareja.

Fuente: Clarín