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La primera ministra británica, Liz Truss renunció hoy admitiendo la derrota después de las conversaciones de crisis en Downing Street con los jefes conservadores. Luego de solo 44 días en el número 10, la primera ministra subió a un atril afuera de la famosa puerta negra para confirmar su partida.

«Asumí el cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional», comenzó diciendo la ex premier sobre las condiciones en las que le tocó asumir, luego de la renuncia forzada de Boris Johnson.

Si bien reconoció haber cumplido con «las facturas de energía» de la población, reconoció no poder cumplir el mandato por el cual fue electa por el Partido Conservador.

«Esta mañana me reuní con el presidente del comité de 1922, Sir Graham Brady. Acordamos que habrá una elección de liderazgo que se completará dentro de la próxima semana», adelantó sobre el futuro político del país europeo. Sorpresivamente, el nombre del exministro Johnson fue uno de los que se mencionó para suceder a Truss.

El origen de esta renuncia se remonta a la decisión de Truss y su entonces Canciller, Kwasi Kwarteng, de lanzar un plan que promovía ayudas estatales para pagar los tarifazos de las facturas de energía y reducciones de impuestos. El mecanismo para financiarlo vía emisión de deuda pública detonó una crisis que eyectó a Kwarteng y la Primera Ministra debió cambiar de fichas a poco de asumir en el cargo.

Luego de que Jeremy Junt ocupara el sillón de Cancillería, aquellas medidas fueron suspendidas con el fin de parar la caída de la moneda nacional, la libra esterlina. El denominado «plan de crecimiento» que Truss intentó lanzar fue depuesto causando un daño político irremediable.

A esto se sumó el pedido de parlamentarios de su propio partido que pidieron públicamente que renunciara a su cargo. Presionada por su partido y la crítica popular, Truss había manifestado hace 24 horas que no era una renunciante, sino una luchadora.

En simultáneo, otra funcionaria clave de su gobierno presentaba su renuncia: la ministra del Interior, Suella Braverman.

El martes de esta semana, la todavía Primera Ministra en funciones envió a a la líder de la Cámara de los Comunes a responder preguntas, en un estado de total efervescencia del poder legislativo británico. Ya en la cámara, Penny Mordaunt debió negar que Truss se ocultaba de dar respuestas. Todo culminó con su renuncia.

Mientras tanto, los precios de la luz y el gas siguen aumentando entre un 60% y 100%, mientras la crisis energética atraviesa a todo el continente europeo. Esto empuja, por ejemplo, los consumos con tarjetas de crédito que multiplican los valores a causa del impulso por la suba de tasas de interés.

Fuente: Perfil