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El 20 de octubre de 1976, a 10 días de cumplir 16 años, Diego Maradona, el joven Pelusa, debutó en la Primera División del fútbol argentino. Lo hizo con la casaca de Argentinos Juniors, frente a Talleres de Córdoba. Como ofrenda de su talento, dibujó un túnel entre las piernas de juan Cabrera, futbolista rival. «Ese día toqué el cielo con las manos», dijo el Diez. A partir de allí, construyó su leyenda.
Hoy entrenador de Dorados de Sinaloa, Maradona tiene en cuenta a los Pelusa que posee en las divisiones formativas, abriga sus ilusiones como hicieron con él cuando era una promesa. El entrenador, que celebró el último viernes el regreso a la victoria del equipo (1-0 frente a Correcaminos), sigue de cerca a varios jóvenes que lo cautivaron en los entrenamientos. Además, recibió muy buenos comentarios de sus condiciones. Y ya les da rodaje. Son sus «pollos» y está entusiasmado con ser parte de su desarrollo y crecimiento como profesionales.
Uno es el arquero Luis López, apodado Pupe, citado al seleccionado sub 20 de México. De 19 años, 1.81 metro e interesante juego con los pies, fue el arquero que eligió Maradona, por ejemplo, en el último duelo por Copa de México frente a Zacatepec (el 31 de enero; cayó 1-0). Acumula tres encuentros en la valla.