El barco, que se dirige a Fort Lauderdale, en la costa este de Estados Unidos, llegó el 26 de marzo a las costas panameñas con 1.243 pasajeros y 586 tripulantes a bordo, y fue detenido al ser detectados 2 casos de COVID-19 a bordo.
Según precisó Holland America, el 22 de marzo se presentaron los primeros síntomas similares a la gripe en el barco y que, desde entonces, 53 pasajeros y 85 tripulantes se han reportado con síntomas «similares a la influenza».
Al enterarse de esto, autoridades sanitarias panameñas negaron el tránsito del crucero por el Canal de Panamá, aduciendo razones sanitarias. «El Ministerio de Salud no ha dado permiso para que ese barco transite, y aún si se hicieran las pruebas a bordo y salieran positivas el barco tendría que estar en cuarentena«, dijo el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez.
Más adelante en el día, la firma angloestadounidense emitió un comunicado en el cual confirmaba que hubieron 4 muertes en el crucero, aunque no especificó si se trata de coronavirus.
«Holland America Line puede confirmar que cuatro pasajeros mayores fallecieron en Zaandam«, dijo en el comunicado. La empresa informó que transferirá a los huéspedes del crucero que no hayan estado enfermos a otro barco, el Rotterdam, y que se dará prioridad a los mayores de 70 años.
«Debido a preocupaciones de salud global, Holland America Line tomó la decisión de suspender sus operaciones de cruceros durante 30 días y terminar los que estaban en progreso lo más rápido posible para que los invitados puedan regresar a casa«, dijo la empresa. Además, especificaron que ni su tripulación ni sus pasajeros estuvieron fuera del barco desde el 14 de marzo, cuando anduvieron en Punta Arenas, Chile.