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Pese a que la idea parece haberse enfriado en las últimas semanas, el objetivo de privatizar las empresas públicas sigue latente en la lista de planes del Gobierno. Los motivos, a priori, tienen que ver con alcanzar el equilibrio o superávit fiscal, ya que en su conjunto, las compañías que están bajo la órbita del Estado cerraron el 2023 con déficit y en los números se puede visualizar cuáles de ellas quedaron en la situación más crítica
El rojo operativo de las empresas estatales –esto es, la diferencia entre la recaudación y los gastos de cada compañía para el funcionamiento de su actividad particular- para el cierre de 2023 era de más de $1,6 billones, de acuerdo a las últimas cifras de la ejecución presupuestaria de las 33 empresas públicas no financieras que elabora la Oficina Nacional de Presupuesto.
Por ello, el Tesoro realizó transferencias por más de $2 billones durante el cuarto trimestre de 2023. Sin embargo, si a este valor, explicaron especialistas en cuestiones presupuestarias a TN, se le agregan los gastos vinculados a inversiones o equipamiento, se obtiene el resultado financiero, que arroja un déficit acumulado al cierre del año anterior de $845.129,6 millones.
Dentro de esas planillas que muestran la evolución de los gastos y los ingresos se puede observar que, a grandes rasgos, la suba de los recursos al finalizar el año pasado fue de $5.340.680,1 millones y se explica por las transferencias que recibe Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA) y por los ingresos obtenidos por la comercialización de gas.
En tanto, los gastos fueron de $6.185.809,7 millones y estuvieron impulsados por los requerimientos de ENARSA y las inversiones para ejecutar el programa Transport.Ar -especialmente el Gasoducto Néstor Kirchner-, cancelar las cuotas para cubrir la importación de GNL y la compra de combustible para que funcione la operación de Aerolíneas Argentinas.
Fuente: Tn