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La malaria es una enfermedad transmitida por mosquitos que hasta hoy no tiene solución. Pero el magnate de la tecnología Bill Gates está luchando para combatirla. La fundación Bill y Melinda Gates va a donar cerca de US$ 4 millones para diseñar mosquitos macho genéticamente modificados destinados a aniquilar a su propia descendencia.
Gates dará la cantidad de dinero a la empresa de ingeniería británica Oxitec, con la que firmó un acuerdo la semana pasada, que se encargará de modificar a insectos macho para que al aparearse con las hembras se transmita un gen asesino a las futuras generaciones. Los insectos que nazcan morirán antes de llegar a la vida adulta, etapa en la que comienzan a picar a la gente.
Los machos modificados, bautizados como «mosquitos amables», podrán seguir apareándose con más hembras para seguir transfiriendo el gen hasta un límite de 10 generaciones.
«Este bicho mata a más personas en un día que los tiburones en un siglo», escribió Bill Gates en su blog para enfatizar que es un problema al que no prestamos atención y debería preocuparnos.
«Incluso si sabés que tenés 50.000 veces más probabilidades de ser asesinado por un mosquito que por un tiburón, el instinto humano gana. Una foto de alguien atacado por un tiburón en las noticias de la noche provoca una reacción visceral, porque la amenaza es obvia. La imagen alguien afectado por malaria en una sala de hospital no activa nuestro instinto de miedo de la misma manera», escribió.
Sin embargo, la malaria, transmitida a través de la picadura de las hembras, provoca la muerte de casi medio millón de personas cada año. Oxitec espera soltar los «mosquitos amables» para el otoño de 2020.
Lo cierto es que esta empresa no es la primera vez que modifica mosquitos. Anteriormente, lo hizo para combatir el Zika, dengue o la fiebre amarilla y fueron liberados en Brasil, las Islas Caimán y Panamá. En algunos lugares han reducido las poblaciones de este mosquito en casi un 90%.
Algunas organizaciones ambientalistas como Amigos de la Tierra se manifestaron en contra de los mosquitos modificados, alegando que se desconoce cómo repercutirán las criaturas fabricadas en el laboratorio a los ecosistemas del planeta.
Las compañías de ingeniería genética argumentan que no se trata de aniquilar a todos los mosquitos sino a los que portan enfermedades mortales a los humanos. Insisten que incluso si fracasan en su objetivo, no habrá ninguna consecuencia.
Fuente: La Nación