El financista Clarens declaró como arrepentido y explicó su rol de «cambista»

La investigación sobre los cuadernos de las coimas ingresó ayer en una fase en la que comienzan a surgir cada vez más detalles que involucran de manera directa a los Kirchner. El financista Ernesto Clarens, un hombre de estrecha relación con la exfamilia presidencial desde sus tiempos en Santa Cruz, declaró ayer y explicó su […]



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La investigación sobre los cuadernos de las coimas ingresó ayer en una fase en la que comienzan a surgir cada vez más detalles que involucran de manera directa a los Kirchner. El financista Ernesto Clarens, un hombre de estrecha relación con la exfamilia presidencial desde sus tiempos en Santa Cruz, declaró ayer y explicó su rol como intermediario y «cambista».

Clarens confesó ante el fiscal Carlos Stornelli que ofició de intermediario en la recaudación de los sobornos y que actuó de «cambista». Así surge de las pruebas que reunieron hasta ahora los investigadores del caso y de lo que estaría dispuesto a confesar oficialmente el propio Clarens como imputado arrepentido.

El acuerdo para ser reconocido como arrepentido ya está cerrado de palabra con el fiscal y se descuenta que será homologado por el juez Claudio Bonadio después del fin de semana largo, informaron a LA NACION fuentes judiciales.

Clarens no aparece mencionado en los cuadernos de las coimas que escribió Oscar Centeno, el chofer del exfuncionario kirchnerista Roberto Baratta, la mano derecha de Julio De Vido.

Sin embargo, «al menos tres testimonios dan cuenta de su rol en este caso [de los cuadernos]», dijo a LA NACION un funcionario que trabaja en la causa.

Ese dinero, que supuestamente debían devolver como coimas por los pagos, se lo daban a Clarens, «que lo cambiaba a dólares, se quedaba con una comisión, y le entregaba todo lo demás a Muñoz [Daniel, secretario privado de Néstor Kirchner]», informó una fuente de la investigación.

La declaración de Clarens, que se mantenía hasta ayer en secreto, abre otro camino para continuar indagando sobre los presuntos negocios espurios que se habrían desarrollado durante el kirchnerismo.

«La pieza clave del caso sigue siendo Clarens, no José López, a pesar de que su declaración fue importante porque habló mucho. Clarens puede ayudar a cerrar el círculo de dinero por sus conocimientos acerca de las offshore», dijeron anoche a LA NACION fuentes oficiales que siguen de cerca el curso de la investigación.

Vinculado a Néstor y Cristina Kirchner desde los tiempos de Santa Cruz, Clarens es un hombre clave para revelar la faceta menos conocida de la trama que intenta desentrañar la Justicia: el destino del dinero de la corrupción. Por ese fuerte vínculo con los Kirchner, la financiera Invernes SA, de Clarens, era conocida en la Patagonia como «Inversiones Néstor». Más allá de la leyenda, Invernes tejió durante décadas relaciones con el banquero Jorge Brito, el entonces gobernador Kirchner y Lázaro Báez, el empresario que más creció a la sombra de Néstor Kirchner y que está hoy en prisión.

Clarens quedó comprometido en la causa conocida como «la ruta del dinero K» a raíz de una declaración del valijero Leonardo Fariña, otro personaje que conoció en primera persona los manejos del dinero en cuevas y financieras durante el kirchnerismo.

También aportó fondos desde una cuenta suiza a una firma que participó en el financiamiento de The Old Fund, desde la cual se enmascaró la compra de la imprenta Ciccone Calcográfica por el exvicepresidente Amado Boudou.

El nombre de Clarens, conocido como el cerebro financiero de los Kirchner, resurgió en los Panama Papers, detrás de una red de offshore con propiedades en Miami. La investigación aportó luego más vínculos cruzados, que también incluyen a socios históricos y familiares directos. Uno de ellos es Carlos Alberto Eduardo Di Gianni, fundador de Invernes.

Fuente: La Nación



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