El crudo diagnóstico en Washington sobre las elecciones y el futuro de la Argentina

El proceso electoral es seguido con intriga desde los círculos de poder de los EEUU. El análisis de las figuras de Milei, Massa y Patricia Bullrich, las dudas sobre la dolarización, la necesidad de un acuerdo social, el “efecto Macri” y una alerta sobre el plan de expansión de China en Latinoamérica



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“El próximo Presidente argentino deberá tomar decisiones muy difíciles, tendrá que estar dispuesto a perder capital político para aplicar medidas que encaucen la economía”. La sentencia resuena por estas horas en Washington, donde la mirada sobre el futuro del país recorre la sinuosa frontera de la bipolaridad.

En la ciudad epicentro del poder de los Estados Unidos hay dos visiones bien dispares sobre la Argentina que viene: la optimista destaca la riqueza de recursos naturales, de capital humano y hasta de ubicación geográfica (lejos de los escenarios bélicos) que le dan una enorme chance de lograr a mediano plazo un despegue económico sostenible en el tiempo. “Es un país que debería nadar en dólares si aprovechara las necesidades globales de energía y alimentos”, resumen sin pestañear desde el círculo de poder norteamericano.

Sin embargo, en un parpadeo la perspectiva se carga de escepticismo con un dato que consideran irrefutable: el historial de recaídas de una dirigencia política que -entienden- siempre elige recalcular el rumbo cuando llega el momento de avanzar con reformas de fondo. En ese momento apelan a fórmulas cortoplacistas y agravan un cuadro económico y social desesperanzador que, aun en el mejor de los casos, no se revertirá rápidamente.

La frase que mejor resume esa sucesión de ilusiones que mutan en decepción la pronunció Alejandro Werner, ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, quien en 2018 supervisó el acuerdo de préstamo por 57 mil millones de dólares que se le otorgó al gobierno de Mauricio Macri.

“El de Argentina es un tema que genera muchas divisiones dentro del propio staff del Fondo; por eso se cambian los equipos (negociadores) cada cinco años… Es un caso profesionalmente fascinante, uno (se involucra porque) cree que ahora sí el país va a poder romper esa dinámica de inflación y tú de alguna manera periférica vas a ser parte de esto. Luego te das cuenta de que no es el caso y tu reputación se ve afectada”, resumió entre risas y resignación el economista durante una charla con periodistas que se realizó en la Universidad de Georgetown, en el marco de la 14 edición del programa Key Opinión Leaders organizado por AmCham Argentina en Washington.

Fuente: Infobae

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