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Fuentes policiales informaron que el operativo fue realizado por la División Operaciones Antidrogas Especiales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA), por orden del juez federal porteño Sergio Torres.
“La inteligencia criminal nos permitió conocer los lugares precisos en los que operaba la banda y realizar nueve allanamientos simultáneos en el barrio”, dijo en un comunicado la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien aseguró que “el objetivo fundamental es sacar la droga de las calles y llevarles tranquilidad a los vecinos”.
Durante la investigación, que duró cuatro meses, los detectives de Operaciones Antidrogas Especiales -una división que específicamente combate el narcotráfico en los barrios de emergencia de la Capital Federal-, pudo probar con fotografías y agentes encubiertos que pese a haber sido detenida hace dos años por el mismo delito, “La Peque” continuaba vendiendo drogas en su domicilio.
“Lo insólito es que seguía usando como bunker el mismo domicilio que le dio a la Justicia para cumplir su prisión domiciliaria con pulsera electrónica y rodeada de sus seis hijos”, dijo a Télam uno de los investigadores.
La misma fuente explicó que el apodo de “La Peque” no está vinculado a la edad ni a la contextura física de la imputada, sino a que dentro de la estructura de la organización narco que regenteaba utilizaba a niños o adolescentes (“peques”) para vender la droga en la villa.
Los voceros contaron que al momento de la irrupción en el domicilio, la imputada descartó la bolsa con dosis de drogas que estaba vendiendo por un agujero que tenía preparado en una pared.
“La bolsa quedó en una cámara de aire entre dos paredes y tuvimos que pedirle permiso al vecino de la casilla de al lado para romper algunos ladrillos y recuperar la droga que esta mujer había querido descartar”, contó a Télam un jefe policial.
Además de “La Peque”, también fue detenida su hermana, acusada de colaborar en la banda, y entre los objetivos allanados se ingresó a un galpón abandonado en la villa donde actualmente funcionaba como fachada una panadería, pero en realidad allí se acopiaba la mayorÍa de la droga oculta en bolsas de harina.
En total, se secuestraron nueve kilos con 775 gramos de marihuana y 1.582 dosis de paco y cocaína lista para la venta.
También se incautaron dos automóviles, una moto, dos balanzas de precisión, elementos de corte y estiramiento de estupefacientes, dos cargadores de armas de fuego, siete teléfonos celulares y dinero en efectivo.

Fuente: Telam