Cacho Garay pagó un millón de pesos de fianza y quedó en libertad, tras la denuncia de su esposa: «Estoy muy tranquilo»

El humorista fue liberado en Mendoza e hizo declaraciones sobre la acusación por amenazas y violencia de género. Dijo que las armas que tiene en su casa son de colección. No estaban registradas.



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Cacho Garay fue liberado durante la tarde de este jueves luego de haber pagado un millón de pesos de fianza. El humorista había sido detenido el miércoles luego de que su esposa lo denunciara por amenazas con el uso de un arma en contexto de violencia de género.

«No hubo ninguna amenaza. Estoy angustiado, cuando uno sufre una decepción no es agradable», dijo en un breve diálogo con la prensa cuando salía de la comisaría 11°, ubicada en Luján de Cuyo, en la provincia de Mendoza, donde reside, como su pareja.

Al mismo tiempo dijo estar «tranquilo» y expresó que todo lo que se dijo «tiene que ser probado». Es que Verónica «Bambi» Macías, esposa de Garay, lo denunció por distintos episodios en contexto de violencia de género, como amenazas con armas de fuego y abuso sexual. La denuncia incluyó situaciones violentas que la mujer ubicó que sucedieron en un hotel en Carlos Paz, en Córdoba.

Ante eso, este miércoles al mediodía el fiscal Daniel Carniello allanó la vivienda familiar ubicada en calle 20 de Septiembre y detuvo al humorista.

Por la tarde de ese día, el humorista fue imputado por «uso de arma de contexto de violencia de género y tenencia ilegítima de armas de uso civil». El personal policial que trabaja para la Unidad Fiscal de Violencia de Género encontró en la vivienda siete armas: un machete de hierro de 40 centímetros de largo, un hacha con hoja de hierro, dos escopetas, dos fusiles y una pistola de gas comprimidos.

«Yo vivo en una casa colonial con muchas antigüedades entre ellas algunos fusiles y escopetas, muy, muy viejas. Pero cuando lo peritaron imaginaron que funcionaban. Yo no sé manipular armas, pero las tengo como adorno», justificó Garay este jueves, al recuperar su libertad.

Lo concreto es que el fiscal comprobó que dos de las armas incautadas en la casa estaban aptas para ser disparadas, ninguna había sido registrada y Garay tampoco había tramitado la tenencia legal.

«Estoy angustiado, cuando uno sufre una decepción no es agradable. Me llamó mucha gente solidarizándose, ofreciéndome testimonial o lo que sea. Todo lo que se dijo tendrá que ser probado, pero yo estoy muy tranquilo«, insistió.

Fuente: Clarín

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