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Alemania buscó rebajar las tensiones con Turquía, tras varios roces diplomáticos desatados por la prohibición, por parte del gobierno germano, de actos electorales de los ministros turcos de Finanzas y de Justicia, en relación con el referéndum sobre la reforma constitucional turca para establecer un sistema presidencialista con más poderes para el actual jefe de Estado.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, pidió terminar con la escalada de declaraciones en la disputa con Ankara, después de una reunión de cancilleres y ministros de Defensa de la UE celebrada en Bruselas, en la que subrayó la necesidad de cuidar la «tonalidad» de los dichos, mientras el canciller germano, Sigmar Gabriel quiere «volver a un trato amable y respetuoso», informó el diario local Kurier en su página web.
El domingo pasado, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, acusó a Alemania de «prácticas nazis» por prohibir varios actos electorales de ministros turcos en ciudades alemanas.
«Sus prácticas no son diferentes a las de los nazis en el pasado», dijo Erdogan en un encendido discurso en Estambul, en el que agregó que la actitud de Alemania «no tiene nada que ver con la democracia», según la agencia turca de noticias Anadolu.
«Alemania se ha salido del camino de la democracia. Sus prácticas actuales no tienen nada que ver con la democracia y son incluso comparables con las del régimen nazi», enfatizó durante su intervención en un acto de una asociación de mujeres.
El Gobierno alemán criticó duramente la acusación del presidente turco y rechazó «de manera rotunda equiparar la política de la Alemania democrática con el nacionalsocialismo», según indicó el portavoz de la canciller Angela Merkel, Steffen Seibert.
«En todo caso las comparaciones nazis son siempre absurdas y fuera de lugar, puesto que conducen solo a restar importancia a los crímenes contra la humanidad del nacionalsocialismo. Se descalifican por sí mismas», agregó, según informó la agencia alemana de noticias DPA.
Los mítines de campaña se enmarcan dentro del referéndum del próximo 16 de abril en Turquía en el que se consultará a la población sobre la reforma de la Constitución turca, que pretende establecer un sistema presidencialista con más poderes para el actual jefe de Estado.
En el referéndum tienen derecho a voto cerca de 1,41 millones de turcos que residen en Alemania.
Por su parte, el jefe de gabinete de Merkel, Peter Altmaier, calificó lo dicho por Erdogan como «absolutamente inaceptable» y consideró que Alemania es «insuperable en lo que se refiere a legalidad, tolerancia y liberalidad», según declaró en la televisión pública ARD.

Fuente: Telam