Eugenia Tobal: «Hoy soy diez veces mejor que antes»

A los 39 años, la actriz de "Noche & Día" dice que el dolor la mejoró y dice que "Podría ser madre sin un compañero hoy".



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A los 39 años, la actriz de «Noche & Día» dice que el dolor la mejoró y dice que «Podría ser madre sin un compañero hoy».




Los padres suelen construir mitos. ¿A vos, cómo te contaron la leyenda de tu nacimiento? No me esperaban tan pronto. Mi hermano me lleva 11 meses. Vuelvo loca a mi mamá con la culpa siempre: «Tal vez ni nacía yo, má, no me esperabas», la cargo. Pero sé que fui deseada. Ya había dos varones, mamá había perdido una nena, y yo fui su chancleta. Fui muy varonera.

¿Cómo mostrabas ese costado masculino durante la infancia?Con dos varones en casa no tenés opción. Era arquera, trepaba árboles, jugaba al básquet. Mis viejos viven en Villa Luzuriaga, en el Barrio Marina. Hasta las nueve de la noche jugábamos en la calle. En un terreno baldío hacíamos torneos de bicivoladores. Soy buena para el fútbol. Pateo bien los penales. Crecí en el Club Huracán de San Justo haciendo gimnasia deportiva, he sido subcampeona nacional. Carnavales, año nuevo en la calle con lamparitas de colores y baile. Así crecí. Mi corazón me lleva al Oeste. Mamá docente. Papá ingeniero. Montaron un colegio en Castelar. Se endeudaron, se rompen el alma. Nos transmitieron la cultura del trabajo.

¿Cómo ganaste tus primeros pesos? Fui recepcionista de un solarium y secretaria de un negocio de PVC. Después estudié Relaciones Públicas tres años, pero lo mío era actuar. Me gusta aprovechar la popularidad para tener voz y voto. Mis viejos siempre me inculcaron lo social. Yo hago política desde mi humilde lugar. Laburo con Juan Carr desde que hice Rutas solidarias. El me dijo: «Mirá que esto es camino de ida». Cuando te comprometés no podés salir. De chica me sacaron un nódulo benigno de la mama. No fue nada. Tenía 15 años y me hizo tomar conciencia de la prevención. Por eso colaboro, por ejemplo, con la causa.

¿Siempre te sentiste tan cómoda en tu cuerpo?¡No! Me siento mucho más linda ahora que a los 16. Ese proceso de niña a mujer es espantoso. A los 39 años estoy mucho mejor. Veo fotos viejas y digo: «Esa chica se habia comido un Fitito».

¿Pisar el umbral de los 40 te hace pensar indefectiblemente en la maternidad?Tengo un gran deseo de ser madre. El deseo nace muy de las entrañas. Tengo necesidad de dejarle mi legado a alguien, mi experiencia. Que no se corte lo que aprendí y me dieron a mí.

¿Esa necesidad imperiosa hace que no importe el cómo?Quiero serlo e importa cómo. Me encantaría que sea con alguien que quiera acompañar el proceso. Pero también hoy entiendo que las cosas cambiaron. Gracias a la ciencia se puede cumplir con el deseo de la maternidad. ¿No es el ideal? No lo sé. Sucede más de lo que creemos. Con casi 40 entiendo que a cada uno le toca lo que le toca. Las cosas hay que llevarlas a cabo como sea.

¿O sea, incluso sola la maternidad podría ser una opción?Sí. Podría ser mamá sin un compañero hoy. No es lo ideal ni lo que aspiro y deseo. Pero no estoy sola. Tengo una familia enorme, amigos y un montón de amor. Está todo tan desvirtuado, las relaciones están tan descartables y poco comprometidas que podés tener un hijo con alguien y que te deje sola. Está todo muy frágil y desvalorizado el compromiso. Mis papás hace 50 años que están juntos.

¿Eso te pesa? ¿Sentís que no podés repetir ese modelo? No me pesa. Entendí que hay que asumir que a cada uno le toca lo que le toca. El mejor reflejo que podés encontrar es mirarte al espejo: la única que está ahí delante sos vos. Y no hay nadie que venga a cambiarte la vida. La vida te la vas a cambiar solita. Si esperás que lo haga alguien, estás sonada. Te puede dar más felicidad compartir la vida, pero si esperás que el otro te venga a cambiar….Las experiencias me han demostrado otra cosa…

¿Qué te demostraron? Que solamente yo pude hacer de mí lo mejor. Hoy soy 10 veces mejor que antes. Tuve que trabajar por mí, pasar cosas horribles. Tal vez alguien me vino a enfrentar con la vida para darme cuenta de que yo tengo las herramientas para ser feliz (N. de R: sufrió una separación traumática de Nicolás Cabré). Si no estoy feliz no puedo hacer feliz a nadie. Si quiero ser mamá y no encuentro con quién, no voy a ir a buscar un semental. Hay que sacarle presión. ¿Quién puede determinar si lo que hago está bien o mal? No puedo creer que yo tenga 39. Estoy como en el precio 39,99.

¿Cómo es eso? La cajera no te va a devolver nada. Ya no hay vuelto. Y siento que hasta los 30 la vida iba más en pausa. Pero me queda un año para los 40 y lo voy a exprimir al máximo.

Fuente: Clarín

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