Las segundas oportunidades asoman en el documental «Habitares»

La realizadora Marina Zeising estrena este jueves “Habitares”, su ópera prima en la que narra la historia de una mujer “con una gran pulsión vital, que frente a su jubilación inicia una nueva etapa, renovando sus sueños y retomando aquellos que había dejado en el camino”.



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La realizadora Marina Zeising estrena este jueves “Habitares”, su ópera prima en la que narra la historia de una mujer “con una gran pulsión vital, que frente a su jubilación inicia una nueva etapa, renovando sus sueños y retomando aquellos que había dejado en el camino”.




“Busqué reflejar la idea de que no debemos dejar de hacer lo que tenemos ganas, de no renunciar, porque luego queda enquistada una frustración. En todo caso, si probamos y luego renunciamos a algo, que sea por haberlo intentado primero”, expresa Zeising en una entrevista con Télam.

La cinta reconstruye, desde su mirada actual, la historia de Herta Scheurle, una mujer que entre las décadas del 60 y 80 estudió actuación y realizó algunos trabajos en Francia, Alemania y Argentina, estuvo en el círculo de actores del director de cine alemán Rainer Werner Fassbinder y vivió un tiempo en su comunidad.

El día que el prolífico director le ofrece participar en una de sus películas, la joven Herta tiene un accidente en la ruta, que la deja fuera del proyecto y cuando se recupera debe regresar a Argentina al enterarse de que su padre está grave, dejando finalmente lo que le apasionaba en la vida, la actuación, para dedicarse a la docencia.

Treinta años después, la mujer se jubila y se reencuentra con todo ese pasado a partir de la posibilidad que Zeising le ofrece como protagonista de su primera película y de esta manera ambas cumplen su sueño.

Con un relato ameno y cálido, la historia de Herta se refleja a partir de entrevistas, material de archivo personal de imágenes, documentos y películas familiares 16mm filmadas por su padre en Argentina y Europa.

¿Cómo surge la idea de hacer esta película?

Herta es amiga de mi familia de toda la vida y sabía algo de su historia. Durante el 2013 realizamos un viaje a la costa con ella, en un momento especial porque estaba en el proceso de jubilación y la realidad le imponía armarse un nuevo proyecto de vida. Además, siempre quisimos hacer algo juntas. Llevé mi equipo de filmación, ella comenzó a abrir su mundo y entendí que tenía un universo muy rico e interesante en el que quería profundizar.

¿Qué te atrajo de Herta y de su historia para realizar una película?

Su vínculo con el arte y en particular con la actuación, con el cine y el teatro. Luego me interesó indagar en su historia, en esas décadas tan intensas como los años 60 y 70, en sus movimientos artísticos, en como había sido su vivencia y en particular su estancia en la comuna de Fassbinder, que marcó un punto de giro en su historia. Además, comprender lo difícil que era para una mujer en esa época tener la libertad de elegir su propio proyecto de vida. De alguna manera me invitó a reflexionar acerca de las decisiones que uno toma en la vida, los obstáculos que se nos imponen y qué hacemos con ello.

¿Qué busca reflejar esta historia de vida?

Me interesa la libertad como faro en la vida. Preservar la individualidad a pesar de que somos parte de una sociedad con la que interactuamos diariamente. Conformamos una gran red en la que la realidad naturalmente nos condiciona en distintos aspectos, genera una tensión constante que pendula entre realizar nuestros propios intereses y al mismo tiempo comprender que nuestras decisiones también impactan e involucran a los demás.

¿Cómo fue el proceso narrativo y por qué decidís estar también delante de cámara?

Inicialmente no me había propuesto incorporarme como personaje en el documental, pero con el correr del rodaje comprendí que ella también estaba haciendo a través de su historia que yo concrete mi primer largometraje como directora. Entendí que había ahí un juego de espejos de dos mujeres de diferentes generación pero con un mismo objetivo. Lo terminé de comprender cuando en medio de la entrevista ella decide cambiar los roles y pasa a ser la entrevistadora. Creo que ahí ocurre un quiebre narrativo en el que me entrego a ese juego y me dejo llevar desde un lugar más activo delante de cámara.

¿Plantea alguna reflexión “Habitares”?

Quisiera que el espectador se quede con la idea de que nunca debe dejar de trabajar incesantemente para concretar sus objetivos, que siempre existe la forma de sortear los obstáculos. También comprender que siempre que algo se elige hay otra cosa que no se está eligiendo, que todo implica negociación y renuncia porque no se puede hacer todo. No lo digo desde un lugar demagógico, me lo impongo como una utopía, sobre todo en los momentos de desilusión.

Fuente: Telam

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