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En un comunicado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la compañía italiana Enel —dueña en la Argentina de las empresas eléctricas Edesur y Central Costanera— advirtió, sin demasiadas vueltas, sobre la complicada situación que atraviesa el sector. “El sector eléctrico se encuentra en una situación crítica y necesita con urgencia soluciones regulatorias que permitan sostener un servicio esencial en periodo de pandemia. Sin tarifa, sin subsidio y sin reglas no se pueden hacer milagros», señaló Nicola Melchiotti, country manager de Enel en la Argentina.

Este miércoles, la compañía presentó sus resultados financieros al 30 de septiembre de 2020: Edesur registró perdidas por tercer trimestre consecutivo. Según los datos de la empresa, sus ingresos registraron una disminución del 26% en los primeros nueve meses del año en comparación con el mismo período de 2019. En el comunicado, se atribuyó esa baja al congelamiento de las tarifas y a las medidas impuestas durante la pandemia de COVID-19.

«Sin tarifa, sin subsidio y sin reglas no se pueden hacer milagros» señaló Nicola Melchiotti, country manager de Enel en la Argentina
“La baja en el resultado del período se explica fundamentalmente por la pérdida operativa registrada y por una menor ganancia por ajuste por inflación, parcialmente compensada por menores costos financieros y por un menor cargo por impuesto a las ganancias. La deuda neta disminuyó un 17% respecto de diciembre de 2019”, informaron.

La caída de las inversiones comparado con igual período de 2019 se debe a la menor caja disponible por el congelamiento tarifario y por limitaciones impuestas por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) durante la cuarentena”, señalaron.

La demanda de energía eléctrica en los primeros nueve meses de 2020 registró una leve caída del 0,4%. La compañía explicó que esta leve baja se dio porque el aumento del consumo de la demanda residencial no llegó a compensar la caída del consumo de las demandas de los comercios y las pequeñas y grandes industrias. También observaron una migración del consumo desde áreas como el microcentro de Buenos Aires hacia las zonas residenciales, preferentemente de la provincia de Buenos Aires, con un “destacado aumento”.

Fuente: Infobae.com