5 errores frecuentes del manejo de dinero en vacaciones

Veremos a continuación 5 errores de dinero que se suelen cometer en vacaciones



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Veremos a continuación 5 errores de dinero que se suelen cometer en vacaciones




Las vacaciones constituyen tal vez uno de los momentos más esperados del año y ese entusiasmo puede llevar fácilmente a cometer errores financieros que suelen ser muy nocivos para el bolsillo.

El deseo de vivir intensamente esas semanas con el objetivo de que perduren mucho tiempo en nuestra memoria puede llevarnos a menospreciar la importancia de la planificación financiera que debe llevarse a cabo para no dilapidar una parte importante del esfuerzo realizado previamente.

Veremos a continuación 5 errores de dinero que se suelen cometer en vacaciones

Gracias a las promociones y a la financiación con tarjetas de crédito, un trabajador con un sueldo promedio podría elegir entre múltiples destinos sin dimensionar la incidencia de la cuota mensual en sus ingresos, o incluso apostando a que la inflación termine licuando el valor relativo de las mismas.

De esta manera, estaría buscando que el bolsillo se adapte al lugar elegido, llegando incluso a evaluar la posibilidad de eliminar algunos gastos mensuales para «dar lugar» al pago de las cuotas que deberá afrontar luego.

Este error emerge gracias a una «miopía financiera» muy común: creer que mientras más se gaste, mayor será el disfrute del viaje que le dará «sentido» al resto del año.

Para que un gasto sea considerado un «gasto inteligente» debe ser analizado no solamente desde el punto de vista del impacto que tendrá en nuestra felicidad (que es algo muy difícil de cuantificar de antemano) sino también en nuestras finanzas.

Para subsanar esto, se debe tener en cuenta que el costo total de las vacaciones no debe superar bajo ningún concepto el equivalente a dos sueldos mensuales, o un 15% del ingreso total anual.

Con ese número en la cabeza, se debe lograr que el lugar elegido se adapte a nuestro bolsillo y no al revés, para lograr con ello que en vez incurrir en un gasto exagerado se llegue a un gasto realista.

Uno de los mayores objetivos en las vacaciones es justamente cortar con el estrés cotidiano y relajarse, que significa entre otras cosas poner toda la energía en el disfrute.

El problema ocurre cuando nos relajamos antes de tiempo, y en el momento de contratar el paquete vacacional se olvida examinar la «letra chica» del contrato que de alguna manera estamos firmando al aceptar los términos y condiciones de la agencia de turismo elegida.

Ejemplo de ello es el límite de peso en el equipaje permitido por la aerolínea, la distancia del hotel a la playa o los costos secundarios en el alquiler de un auto.

Este error presupone un hábito positivo que no todos suelen incorporar: la elaboración de un presupuesto disponible para ser gastado en el lugar elegido.

Sin embargo, no basta con realizar el mismo sino que se requiere además que sea lo más «ajustado» posible a la realidad con que luego nos encontraremos para no caer en estimaciones que se queden «cortas» y nos obliguen a incurrir en gastos extras.

Para ello, hay que tener en cuenta que si bien los costos de pasaje y el alojamiento suelen ser los de mayor ponderación dentro del gasto total, existen también otros ítems como la comida (cada vez más cara), la nafta, regalos y otros viáticos llamados «gastos secundarios» que pueden ser importantes también al ser tratados de manera agregada y no individualmente.

En caso de no conocer de manera exacta el valor de estos gastos derivados, se debe asumir el «peor escenario» y agregarles al menos un 30% al precio que los mismos ostentan en nuestro lugar de origen.

Es preferible incorporar gastos exagerados y encontrarnos luego con sorpresas positivas en el armado del presupuesto a que nos ocurra lo contario.

En los 90, la convertibilidad económica facilitó la posibilidad de viajar a muy bajo costo hacia destinos como Brasil, Estados Unidos o países de Europa, al igual que lo sucedido en los 70 durante la época de la «plata dulce».

En el presente, existen dos aspectos a tener en cuenta para aquellos que estén pensando viajar al exterior del país:

En 2014, el dólar blue se apreció menos que la inflación real de la economía, con lo cual podría ocurrir que algunos destinos vacacionales fuera del país se encuentren relativamente más baratos que el año anterior. Es cuestión de volver a averiguar precios y comparar.

El crash del petróleo (cayó 50% de valor en los mercados internacionales este año) está propiciando interesantes rebajas de precio en los pasajes aéreos de algunas compañías.

El estar totalmente desconectado de lo que sucede en el plano económico puede hacernos perder oportunidades vacacionales puntuales.

Pensar solo en las vacaciones es un error que puede costar dinero al no controlar los vencimientos de los impuestos y servicios de ese período.

Una buena planificación financiera del viaje incluye no solo el costo del mismo sino todo lo referente a la economía doméstica para el momento del viaje y los días inmediatos a nuestra vuelta..

Fuente: lanacion.com.ar



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