Importarán crudo para compensar subsidios

Enarsa prevé comprar petróleo de Nigeria a US$ 58 y lo vendería a US$ 77; la diferencia se usará para equilibrar el pago de subsidios a las petroleras



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Enarsa prevé comprar petróleo de Nigeria a US$ 58 y lo vendería a US$ 77; la diferencia se usará para equilibrar el pago de subsidios a las petroleras




Aunque el ministro de Economía, Axel Kicillof, aún permanece en una posición expectante a la espera de ver cómo se reacomoda el mercado petrolero local tras los últimos movimientos de precios y las resoluciones de su cartera para bajar los valores locales, es muy probable que en el primer trimestre del año le ordene a Enarsa que importe un cargamento de crudo.

La operación arrojaría un resultado muy poco habitual: le permitiría a la compañía estatal de energía -que quedó relegada de la consideración oficial tras la estatización de YPF- concretar una operación rentable, toda una rareza para una de las empresas que basan su operación en las transferencias de recursos que reciben del Estado. Desde el punto de vista de las cuentas públicas, el resultado no sería tan beneficioso, pero al menos le permitiría al Gobierno aumentar la oferta de subsidios al sector petrolero para evitar un desplome de la actividad, sin la necesidad de poner más recursos propios.

La compleja arquitectura energética surgió de las discusiones que mantuvieron Kicillof y su equipo económico con las petroleras en las últimas semanas de diciembre pasado, con el objetivo primordial de trasladar la caída en el precio internacional del crudo a los surtidores argentinos (ése es el motivo por el cual los precios de los combustibles bajaron 5% en el primer día de este año) sin atentar contra la marcha de la actividad petrolera.

Al menos desde lo conceptual, el esquema resulta interesante incluso para quienes suelen tener una postura crítica sobre la política del Gobierno.

A los valores de esta semana, un barril de petróleo del denominado Bonny light, que se produce en Nigeria, puesto en las costas argentinas cuesta como máximo 58 dólares. Es decir, casi un 25% menos que los 77 dólares que cuesta hoy el barril denominado Medanito, propio de la provincia de Neuquén y de los que mejor rinden en las refinerías locales. Para un cargamento de unos 110.000 metros cúbicos, como los que suelen llegar al país cuando se abre la importación, la diferencia es de unos 13 millones de dólares.

Como están planteadas las cosas hoy, Enarsa será la encargada de traer el embarque al valor internacional y luego volcarlo al mercado al valor interno, más alto. Eso le reportaría una ganancia.

NUEVOS BENEFICIOS

Desde la mirada oficial, ese beneficio compensará algunos esfuerzos que hará el Estado para sostener la actividad. Entre ellos, tiene previsto definir en los próximos días un subsidio de 3 dólares por barril para las productoras de crudo que sostengan la producción y la exportación. Entre las primeras, las más importantes son YPF, Pan American Energy (PAE), Chevron, Tecpetrol, Pluspetrol, Sinopec y Petrobras. A su vez, PAE es la principal exportadora. Desde hace semanas, por la caída en el precio internacional, vende más caro el petróleo al mercado interno que puertas afuera. Economía también tiene previsto compensar otra cuenta con los fondos que se le liberen por la caída del crudo.

Para que las refinadoras continúen produciendo fueloil (un combustible menos sofisticado que las naftas y el gasoil que se utiliza en las centrales eléctricas térmicas en reemplazo del gas natural, cuya producción es deficitaria en la Argentina), les pagará este año a YPF, Axion (ex Esso), Shell, Petrobras y Oil un precio mayor al de 2014 por ese producto.

La decisión tiene una explicación relativamente sencilla: si las empresas exportaran ese producto, deberían hacerlo a pérdida, por lo que tenderían a reducir su producción mediante la compra de menos volúmenes de petróleo pesado (como el Escalante, que produce PAE) y afectaría la actividad petrolera.

Para equilibrar las cuentas, el Gobierno también tiene previsto destinar menos recursos a la importación de combustibles, más por la caída de los precios que por la moderación de la demanda. Una parte de esos fondos irá a atender a las petroleras.

En 2013, las importaciones de energía se acercaron a los 12.000 millones de dólares. Por la recesión y la caída de los precios, sin embargo, ese número bajó hasta aproximadamente 9000 millones de dólares el año pasado, debido a que el retroceso de los precios del crudo se trasladó a sus derivados.

Fuente: La Nacion

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