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Con un gol de Martín Abraham, el equipo de Mario Sciacqua se impuso por la mínima diferencia. 

Con la obligación de ganar, para mantener sus esperanzas intactas de volver a la Primera División, Argentinos visitó a Gimnasia de Jujuy, un equipo que aspiraba a alcanzar a San Martín de San Juan, en la cima de la Zona A del Nacional B.

El espectáculo comenzó con gran intensidad. Un tiro libre ejecutado por Juan Román Riquelme, en el que Gonzalo Castillejos no consiguió desviar, fue la primera amenaza que sufrió el arco defendido por Juan Ojeda. En cambio, los dueños de casa invirtieron en las combinaciones entre Luis Peralta y Maki Salces, quienes aprovecharon las falencias defensivas del «Bicho» y buscaron dañar con precisos centros a la llegada de Gabriel Solís. La escasa solidez de la última línea visitante, obligaba a Cristian Ledesma a involucrarse entre los centrales para evitar la caída.

Los desesperados remates de Juan Ramírez, ejemplificaron la ausencia de ideas que tenía el conjunto de La Paternal. La dependencia hacia el máximo referente del plantel volvía a ser fundamental en las aspiraciones porteñas.

En el complemento, la individualidad de Lautaro Rinaldi y los reflejos de Luis Ojeda atentaron contra el resultado, dado que el atacante pecó de goloso en tres ocasiones consecutivas, y en ninguna pudo quebrar la resistencia del arquero. Los de Claudio Borghi sufrían y no encontraban respuestas ante el peligro que ocasionaba el «Lobo».

Más allá de sus propios inconvenientes, los del «Bichi» se acercaron al arco del «Chino» pero su desprolijidad perjudicó sus objetivos. Los rebotes que no supo capitalizar Lautaro Rinaldi, junto con los disparos de Mariano Guerreiro fueron los únicos argumentos que aplicó Argentinos, para adquirir las tres unidades.

Finalmente, cuando parecía que se iban a repartir los puntos, una desinteligencia defensiva le permitió al elenco de Mario Sciacqua quedarse con el triunfo y la cima del certamen. Los groseros errores que involucraron a Ezequiel Garré, Matías Caruzzo y Luis Ojeda facilitaron la tarea de Martín Abraham, quien sólo tuvo acariciar el balón hacia un arco desprotegido. Fue una nueva desilusión para la entidad porteña, que de no ser por su presente en la Copa Argentina, ya se hubieran realizado varios cambios.

Fuente: infobae.com