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Funes Mori, Kranevitter, Sánchez, Pisculichi y Mora, jugadores que el técnico relanzó para esta actualidad de River

Otros nombres le ofrecen otro estilo a River . Del equipo campeón que forjó Ramón Díaz a la nueva estructura que diseñó Marcelo Gallardo hay cinco jugadores que en el ciclo del riojano asomaban como alternativas o, directamente, no formaban parte del grupo, pero que con el Muñeco tienen una alto nivel de exposición y son ejes de la transformación. Ahí están Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter, Carlos Sánchez, Rodrigo Mora y Leonardo Pisculichi, apellidos que se relanzaron o tomaron protagonismo en una formación que evolucionó en el juego. Esta renovada versión tiene más brillo y un ritmo más vertiginoso; combina ataques directos con tenencia de la pelota; la defensa se planta cerca de la mitad de la cancha para ejercer una presión alta, con la intención de recuperar la pelota rápido, cerca del área rival, y lastimar. Esos son sellos que impuso el entrenador, que convenció al plantel para el cambio; esas son apuestas de un modelo que empezó con dudas, aunque con rodaje y pequeños retoques ya conquistó al público, en nueve partidos.

De atrás para adelante, Gallardo eligió las piezas para imponer su pensamiento. Funes Mori modificó la relación con el hincha después de aquel gol a Boca, en la Bombonera, en el torneo pasado; para Ramón, el mellizo era un comodín para reemplazar a Álvarez Balanta o a Vangioni, en el lateral izquierdo. La participación en el Mundial y la posible transferencia del colombiano provocaron que el Muñeco respaldara a Funes Mori como zaguero central. «No sé si somos los mejores, pero intentamos tener una identidad. La confianza me anima a hacer más cosas», comentó el defensor, de 23 años, sobre su presente. Los números ratifican esa actualidad: jugó todos los minutos de los 9 encuentros, entre el campeonato, la Copa Sudamericana y la Copa Argentina.

Sin Ledesma y Carbonero, dos figuras del equipo de Ramón, Gallardo eligió a Kranevitter y a Sánchez. El juvenil tucumano era el auxilio cuando no jugaban el Lobo o Rojas y, aunque fue suplente en el debut con Gimnasia LP, ahora es un jugador insustituible: presión, despliegue y agresividad, las características. «Es un jugador fundamental, él sabe lo que pienso de él. El hincha se siente identificado con su juego», lo describe Gallardo, que no es amigo de los elogios, ya que muchas veces llevan a la confusión.

La dinámica es una virtud de Sánchez, a quien el Muñeco rescató entre la veintena de jugadores que volvieron de sus préstamos. «Trabajamos mucho con la pelota, las triangulaciones, para llegar al arco rival. Los volantes tenemos que llegar al área, ocupar los espacios que nos abren los delanteros. Estamos convencidos de lo que hacemos, eso es lo más destacado», explica el salteño, que en su paso por Puebla, de México, jugó de mediapunta y en la nueva aventura en Núñez ya convirtió tres goles.

La venta de Manuel Lanzini promovió la contratación de Pisculichi. El talento no estaba en duda, pero descifrar cómo encajaría en River era una incógnita que el estratego se encargó de disipar con fútbol y goles. Es el dueño del último pase, de las jugadas con pelota parada, un conductor que se ajusta a las necesidades del técnico. «Hay que atacar, es la manera de ganar», es su mensaje, también una declaración de principios de un futbolista que admiró a nombres como Aimar, D’Alessandro y Gallardo, todos N° 10 que hicieron historia en Núñez.

Para Mora, este presente es un desquite. Ramón lo declaró prescindible -las diferencias no eran sólo futbolísticas-, Gallardo lo arropó en su esquema y el uruguayo responde con goles. Socio de Teo Gutiérrez o del juvenil Lucas Boyé, el delantero recuperó la sonrisa. «La confianza del técnico siempre la tuve. Con continuidad podré demostrar lo que fui. El gol viene con trabajo», explica el atacante que con Tigre convirtió por segunda vez dos goles en un partido con la camiseta de River.

Cinco jugadores, apuestas a las que recurrió Gallardo para reformular a un equipo que venía de consagrarse campeón. Aunque el Muñeco no quiere equipararse con otros técnicos sino escribir su propia historia en River.

Fuente: canchallena.com.ar