¿Quién es Martino?

El Tata tendrá revancha en la Selección, espina clavada en su época como jugador. Admirador de Bielsa, de gran paso por la selección paraguaya y con estilo bien ofensivo: “Me gusta que haya una postura de protagonismo, de agresividad para recuperar la pelota y hacerlo bien arriba".



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El Tata tendrá revancha en la Selección, espina clavada en su época como jugador. Admirador de Bielsa, de gran paso por la selección paraguaya y con estilo bien ofensivo: “Me gusta que haya una postura de protagonismo, de agresividad para recuperar la pelota y hacerlo bien arriba».




Gerardo Daniel Martino, conocido como el Tata, de 51 años, fue confirmado como el sucesor de Alejandro Sabella como técnico de la Selección. Pero, ¿quién es realmente este tipo? ¿Qué logró? ¿Dónde dirigió?

A este hincha de Newell’s, admirador de Ricardo Bochini, le quedó la espina de poder vestir más tiempo la celeste y blanca en su época como jugador. “Lo mío en la Selección fue nada, medio pelo total, para completar el plantel”, recordaba el entrenador sobre su paso fugaz por la Selección. Carlos Bilardo fue el primero en citarlo, pero él se consideraba un “jugador bastante distinto para lo que pretendía el entrenador”. “Había un tipo que estaba jugando bien, se había lesionado un jugador en ese puesto, Miguel Russo, y no quedó otra que citarme. Tal vez no tuve condiciones para estar en la Selección, pero tampoco nunca invirtieron tiempo en mí”, decía a la distancia en una nota en El Gráfico. Después lo llamó el Basile, en el debut del Coco como técnico argentino -vs. Hungría (2-0)-, pero la comunicación quedó cortada…

De la escuela de Marcelo Bielsa, el Tata empezó su carrera como entrenador en 1998 dirigiendo a Almirante Brown de Arrecifes, que por aquel entonces estaba en la B Nacional. Luego pasarían Platense (1999) e Instituto de Córdoba (2000). Después se mudó a Paraguay, en 2002, para asumir en Libertad y obtener sus primeros palmares. En el 2003 se cruzó de vereda y se hizo cargo de Cerro Porteño, donde también salió campeón. Pero el hecho de estar alejado de su familia y de extrañarla lo llevó a renunciar y volver a su país. Al tiempo agarró en Colón, pero lo malos resultados hicieron que su paso fuera corto.

Por su exitoso currículum en la tierra guaraní le llegó la posibilidad de ser el técnico de la Selección de Paraguay. Aquí también llamó la atención alcanzando cuartos de final en el Mundial 2010 y quedando cerca de eliminar ni más ni menos que a España. Eso sí, lo que le fastidia es el trabajo de oficina… “Es demasiado para el gusto de un entrenador. Te sentás, llamás por teléfono, mirás videos, usás la computadora, preguntás cómo están, recibís los partidos… es la parte poco grata que hay que hacer. Lo más lindo para un entrenador es el trabajo de campo”, explicaba.

Luego de la salida de Hernán Darío Gómez de la Selección de Colombia, lo fueron a buscar para que se pusiera el buzo de técnico de los cafeteros, pero la profunda crisis de Newell’s, peleaba por no descender, hizo que se inclinara por volver al club de sus amores para dar una mano. Esa mano que terminó levantando el trofeo por ser campeón del Torneo Final 2013 y clasificando a la semifinales de la Copa Libertadores 2013.

“Me gusta que haya una postura de protagonismo, de no esperar, de agresividad para recuperar la pelota y hacerlo bien arriba. Que no haya lugar para la especulación. Si hay que defender, se defiende porque el rival te lleva, pero no producto de pensar un partido por la especulación”, explicaba sobre el estilo de juego que pretende de sus equipos el Tata, quien en el primer año de secundario, en la Dante Alighieri, fuera compañero de Fito Páez.

“Las charlas técnicas duran unos 20 minutos, las doy en la concentración dos horas antes del partido y las baso en un recordatorio de lo que vimos en la semana y apunto a algún motivante. Creo que los técnico de hoy tienen que saber de fútbol y de grupos. Porque hay una primera parte que tiene que ver con contarle al jugador cuáles son tus ideas futbolísticas, que generalmente se hace en una pretemporada. Después, cuando notás que la idea está, armar un buen grupo es fundamental”, comentaba Martino en aquella nota en El Gráfico.

Después de Newell’s aterrizó en Barcelona, que pasó de Tito (Vilanova) al Tata. Allá fue muy discutido y nunca logró convencer con su estilo. “Martino es una víctima de la nostalgia, le tocó conducir una Ferrari con los neumáticos lisos», fue la metáfora de Jorge Valdano para describir el paso del argentino por el club culé.

Este jueves será presentado como entrenador de la Selección Argentina. Ahora sí podrá buscar como entrenador lo que no pudo como jugador con la celeste y blanca.

Fuente: ole.com

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