Jorge Almirón: «Si perjudico a alguien, no estaría acá»

El DT de Independiente demuestra fortaleza pese al reclamo de los hinchas: "La tranquilidad no me la quita nadie, ni lo convencido que estoy", dijo.



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El DT de Independiente demuestra fortaleza pese al reclamo de los hinchas: «La tranquilidad no me la quita nadie, ni lo convencido que estoy», dijo.




Cada insulto en el estadio el Libertadores de América le tocó el corazón. Fue como si se le hubiera quebrado una costilla. Casi que pudo escucharse el crujido. Jorge Almirón hizo como si nada hubiera pasado, pero el reproche lo sintió como un gancho al hígado. Le sacó el aire. Le nubló la vista. No lo admitió. Siguió adelante. «Cuando me insultan tanto no pasa nada. Vamos a andar bien. Vamos a andar bien. Sé que así será», dice el DT de Independiente , al paso, mientras el lente de la cámara parece hacerle un piquete de ojo. ¿Miente? No. Nada que ver. Es lo que siente.

No hace falta más que una breve charla con Almirón para darse cuenta de lo que siente. En Villa Dominico, después de un práctica distendida cuando nadie queda en el predio, o en la salida del vestuario, donde un saludo es suficiente para acercarse a una cara conocida. Él es así. «La gente llenó la cancha porque todos estábamos con esa expectativa, pero la realidad es que hoy el equipo no tuvo un gran partido y el empate fue merecido».

Hay cosas que le duelen y las desmenuza como puede. El responsable casi siempre será él o sus dirigidos. «No tuvimos la misma ambición que el partido pasado [la victoria ante Newell’s por 3-2]. No tuvimos la misma dinámica y nos costó mucho el partido. Estaba muy parado el equipo. No había tanta movilidad y a ellos les salió bien su planteo porque nosotros no hicimos nada como para romper lo bien posicionados que estaban ellos en la cancha», resumió el entrenador. En su más íntima convicción tomó el empate como una derrota. Se debía un gran triunfo en Avellaneda, más en el debut en 2015. No pudo conseguirlo. Le costará conciliar el sueño.

Pero Almirón no tira la toalla: «La tranquilidad no me la quita nadie, ni lo convencido que estoy. Me gustaría que la gente aplauda al equipo, no quiero que los jugadores sientan presión. Si perjudico a alguien no estaría acá. Vamos a mejorar. Tenemos cuatro de seis, no estamos peleando el descenso. Entiendo la ansiedad, que quieren ganar. Como River le metió cuatro, quizá pensaron que Sarmiento era fácil, y no lo es».

No hace falta indagar demasiado para saber que el director técnico tiene consenso entre los dirigentes, pese a que la gente le hace sentir el rigor ante la menor adversidad. La mayoría siente que el DT fue lo mejor que pudo haberle pasado. Almirón está convencido del potencial propio y el del equipo. Aunque sabe que lo único que mueve el pulgar en el circo romano del fútbol son los resultados. El abucheo de la gente aún se siente en Alsina y Bochini, la esquina del fútbol en Independiente.

Fuente: Cancha Llena

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